La Vicepresidenta se expresó en medio de las tensiones internas por haber habilitado el debate de la norma impulsada por el Presidente: “Mi compromiso con Milei es inclaudicable”, sentenció.
Victoria Villarruel rompió el silencio luego de la polémica en torno al debate en el Senado del DNU, que hoy fue rechazado, debido a que la Vicepresidenta habilitó el debate que el kirchnerismo le pidió en reiteradas oportunidades. Una vez rechazada la norma en la Cámara alta, y que ayer Javier Milei la acusara de tener una agenda propia, la titular del recinto se expresó y ratificó su apoyo al Presidente.
“Mi compromiso con Argentina y con Javier Milei es inclaudicable. Desde el momento en que Javier Milei me pidió que lo acompañara como diputada y luego en la fórmula presidencial nosotros sabíamos a lo que nos enfrentábamos y hemos trabajado espalda con espalda, a pesar de los incansables intentos por dividirnos. El Senado es la Casa de las Provincias y es un poder independiente de la República Argentina. Yo no me voy a convertir en Cristina Fernández de Kirchner. No me voy a convertir en aquello que vinimos a cambiar”, manifestó Villarruel.
Y cerró: ”No hay gobierno sin institucionalidad. Por eso la política tiene que trabajar para la gente. No hay progreso sin libertad. Todo por Argentina”.
La discusión por el DNU lleva varias semanas en la Cámara alta. Ayer en un comunicado del propio Milei que dinamitó la reunión de Labor Parlamentaria -donde se organizaba la inminente sesión- direccionó la lupa hacia su propia vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel. “En la previa a la firma conjunta del Pacto de Mayo, convocada por el Poder Ejecutivo con el objetivo de reconstituir las bases de la República Argentina, la Oficina del Presidente expresa su preocupación por la decisión unilateral de algunos sectores de la clase política que pretenden avanzar con una agenda propia e inconsulta, a fin de entorpecer las negociaciones y el diálogo entre los distintos sectores de la dirigencia política”, comienza la misiva oficial.
“Tanto el tratamiento apresurado del DNU 70/23 como la iniciativa de promover una fórmula jubilatoria sin consenso violentan el espíritu de acuerdo promovido por el Presidente en su convocatoria al Pacto de Mayo”, expresó.
El conflicto comenzó el martes, cuando Villarruel accedió a los pedidos del kirchnerismo para incorporar el mega DNU a la sesión de esta tarde. Sucede que desde hace más de un mes el Frente de Todos en el Senado venía insistiendo con esto, pero nunca trascendía porque no conseguían el número para el quórum y potencial rechazo de la norma. Pero esto cambió cuando un grupo de senadores de la oposición no kirchnerista -encabezaron los peronistas disidentes Carlos Espínola y Edgardo Kueider– presentó otra nota para sesionar y analizar el mega DNU, lo que dejó al oficialismo al borde de una derrota.
En la rueda de prensa de esta mañana, por instrucción del Presidente, el vocero sorprendió con una negativa rotunda sobre la interna, a pesar del comunicado que lanzaron anoche. En el Senado percibieron el tono de Adorni como muestra de ciertas intenciones de “bajar la espuma” de parte de la Casa Rosada. “No existe que, a tres meses de gobierno, la vicepresidenta rompa. No es la intención, ni mucho menos. Las teorías conspirativas no nacen desde el Senado”, dijeron cerca de la vice, mientras ella presidía la sesión.
Y aseguraron que trabajan “por la institucionalidad y por el Presidente”. “Llegamos diciendo que las instituciones tienen que ser fuertes para que las cosas se activen, y lo sostenemos”, justificó un asesor al calor de la disputa. En la Cámara alta aseguraron que Villarruel había avisado sobre el nivel de presión que llegaba desde los bloques aliados. “Está claro que Victoria no haría nada de lo que la Rosada no estuviera enterada”.