La vicerrectora Marita Corzo reconoció que la Casa de Altos Estudios no pasa su mejor comento financiero, cuestionó la herencia de contratos de la gestión Calderón y minimizó los cruces con el rector Quiroga. Pormenores.
La UNLaR vive un 2022 complicado tras el recambio de autoridades en diciembre del 2021. Nada fue como esperaba. El rector Daniel Quiroga y su vicerrectora Marita Corzo sostienen que se encontraron con una universidad con sus finanzas en rojo, pero se sumaron cortocircuitos internos incluso entre estas dos máximas autoridades que ahora parecen haberse aplacado.
Al menos eso sostiene Corzo, quien dialogó con Riojavirtual Radio e indicó que «mi relación política con el rector es muy buena, que yo me haya expresado sobre una resolución no tiene relación con la buena relación política que tenemos» y además destacó que el cargo de vicerrector «tiene que estar en la discusión política de la gestión».
Pero en esa línea, la vice si reconoció que la gestión tiene claramente «un problema de ordenamiento administrativo» que se suma al impacto de la inflación y un presupuesto reconducido que genera un combo de variables que hacen mella en la faz económica de la UNLaR.
«Los últimos meses del año son los más complejos para una gestión y la inflación nos costó a todas las instituciones», recalcó Corzo, que tampoco dejó de tirarle un dardo al ex rector Fabián Calderón en medio de la polémica por una supuesta multiplicación de contratos de personal en lo que va de la actual admninistración: «el gran grueso de los contratos viene de gestiones anteriores».
Por último, la vicerrectora dijo en Riojavirtual también destacó que el problema principal sea el número de empleados y de hecho a su entender «la universidad tiene el 50% de los no docentes que necesita para poder funcionar» y sostuvo que ello también dificulta el día a día de la Casa de Altos Estudios.