Un libro recoge los testimonios de la “pesadilla” que era trabajar para los duques de Sussex y la personalidad de la ex actriz: “Creo que pensó que iba a ser la Beyoncé del Reino Unido”
Apenas se conoció el adelanto del libro Courtiers: The Inside Story of the Palace Power Struggles(Cortesanos: la historia interna de las luchas de poder del palacio), se transformó en una bomba y se esperan las revelaciones completas que consiguió el periodista de The Times, Valentine Low.
El especialista en la corona británica entrevistó a empleados y exempleados de la realeza que hablan de todo y de todos. Pero los más golpeados por las declaraciones son Meghan Markle y su esposo el príncipe Harry, alejados de las tareas reales (para satisfacción de los empleados del palacio, según el periodista).
El error, según Low, es pensar que ella quería ser felíz y no pudo: “Quería ser rechazada, estaba obsesionada con esa narrativa”, asegura. Pero lo que más se destaca del adelanto son los maltratos que la pareja, pero sobre todo Meghan Markle, le propiciaban a sus empleados.
Según esos testimonios, Markle se dio a conocer desde el principio. Seis meses antes de su compromiso oficial con Harry, se dice que le dijo a su asesor que “pronto sería una de sus jefas”. Cuando la confrontaron por su comportamiento y que había gente que se sentía mal, respondió: “No es mi trabajo mimar a la gente”.
“Meghan Markle era una sociópata narcisista que estaba planeando su salida de la familia real desde el principio”, afirmó otro ex empleado, abonando la idea de que no se fueron porque eran maltratados, sino que buscaban una salida de víctimas.
Esos comentarios se vieron reforzados por otra afirmación de que Meghan supuestamente presentó un proyecto a Netflix mientras aún estaba en la Familia Real. Como tal, la implicación fue que su salida pudo haber sido premeditada, con un plan de acción adecuado para su vida después de la realeza.
Meghan y Harry: “Era como trabajar para un par de adolescentes”
Un exayudante real afirmó que la pareja, que se casó en mayo de 2018 , lo llamó repetidamente mientras cenaban un viernes por la noche, solo para reprenderlo. “Cada 10 minutos tenía que salir para que ella y Harry me gritaran. Fue, ‘No puedo creer que hayas hecho esto. Me has defraudado. ¿En qué estabas pensando?’”, relató. “Se prolongó durante un par de horas”.
Las llamadas supuestamente comenzaron de nuevo a la mañana siguiente y continuaro durante días: “No podías escapar de ellos”.
La secretaria privada Samantha Cohen supuestamente fue “gritada” por Markle y Harry, antes y durante un vuelo a Australia para su gira de 2018 por el Pacífico Sur. “Sam siempre dejó en claro que era como trabajar para un par de adolescentes. Eran imposibles y la empujaron al límite. Era miserable”, afirma un amigo de Cohen en el libro.
“Tenía que luchar constantemente en nombre de Harry y Meghan, mientras recibía todo este abuso de ellos”.
Durante ese vuelo de cinco horas desde Tonga a Sydney, el equipo de prensa de Harry prometió que el duque agradecería a los medios por estar presentes y hablaría con ellos. Al bajar, el príncipe soltó: “Gracias por venir, aunque no estaban invitados”. El personal del duque le dijo más tarde lo mal que había sido recibido el comentario, a lo que, según los informes, Harry respondió: “Bueno, no deberías haberme obligado a hacerlo”.
El club de sobreviviente de Sussex
“Las lágrimas corrían mucho. Varios empleados relataron sentirse mentalmente destrozados después de unos meses”, escribió Low antes de precisar: “Estaban aterrorizados”. El equipo de Harry y Meghan se refería a sí mismo como el Club de sobrevivientes de Sussex.
El periodista describe otro incidentes durante el cual Markle arremetió contra una joven trabajadora frente a otros colegas: “No te preocupes. Si hubiera literalmente alguien más a quien pudiera pedirle que hiciera esto, se lo pediría a él en lugar de a ti”. La asistente quedó devastada, pero el príncipe William intervino y le dijo: “Espero que estés bien. Estás haciendo un muy buen trabajo”.
Valentine Low dice que el duque de Sussex tenía miedo de volverse irrelevante cuando su sobrino se le adelantara en la línea de sucesión y que su esposa también sufrió ante la popularidad de su cuñada Kate: “Creo que Meghan pensó que iba a ser la Beyoncé del Reino Unido”, es una de las conclusiones del autor.