Como la nueva oferta del club no es superadora, la respuesta del arquero volvería a ser negativa. Así, lo más seguro es que el equipo pierda a su gran figura.
Si los buenos equipos se arman de atrás para adelante; si para ganar la Libertadores hace falta un arquero de jerarquía y especialista en penales; si Boca buscará mejorar lo hecho en el 2022 y apostar todas sus fichas al sueño de la Séptima; entonces, señoras y señores, habrá que romper el chanchito o ir pensando en otro arquero…
¿El motivo? Las charlas por la renovación de Agustín Rossi están cada vez más frías y salvo un volantazo por parte del club en la negociación con su representante, todo hace pensar que el 1 se marchará del Xeneize en este mismo mercado o más posiblemente en el que viene, cuando empiece la fase definitoria de la Copa.
Si bien el Consejo de Fútbol le acercó una nueva propuesta al jugador de 27 años y esperaba una respuesta positiva para estos días, lo cierto es que lo ofrecido por Boca no termina de colmar las expectativas del arquero, quien a la vez recibió varias propuestas importantes de equipos de Europa y Sudamérica.
A un paso de negociar como libre
Agustín tiene vínculo vigente con Boca hasta el 30 de junio del 2023 y, en caso de no renovar, el 1° de enero estará en condiciones de firmar un precontrato con otra institución para sumarse eventualmente a mitad del año que viene. Y como la diferencia con Boca sigue siendo grande, no sería sorpresa que diga adiós.
A principios de este mes se dio la quinta (y por ahora última) reunión entre los miembros del Consejo de Fútbol y el representante de Rossi, Miguel González. Boca le entregó una oferta por escrito que Rossi evaluaría en familia y respondería preferentemente antes del inicio de la pretemporada, pactado para el viernes 6 de diciembre. El tema es que esa nueva oferta de Boca no dista demasiado de los ofrecimientos anteriores, por lo que la respuesta de Rossi volvería a ser negativa.
Un escenario que no cambió demasiado
El cambio más sustancial pasa por el monto de la cláusula de rescisión, que actualmente es de 24.0000.000 de euros (18 limpios para el club) y que Boca propone reducir a la mitad. Y además le ofrece al arquero el 30% de una futura venta. El resto de la oferta es igual a la anterior: por el mismo monto, la misma moneda (pesos, por supuesto) y la misma forma de pago. Y es justamente eso lo que no termina de convencer al arquero. Si bien se siente a gusto en Boca y le gustaría continuar en el club, entiende que el monto final de la oferta no tiene relación directa con su injerencia positiva en los resultados del equipo.
El tema de la cláusula, además, no pareciera mover la aguja, teniendo en cuenta que sigue siendo una cifra muy elevada para un arquero. Y lo mismo ocurre con el porcentaje de la futura venta: si Rossi va a extender el vínculo lo hace con la idea de quedarse más tiempo pero a gusto. Si estuviera pensando en una transferencia no necesita más que dejar que el plazo se cumpla. Básicamente, lo que Rossi busca es un mejor contrato para quedarse y no mejores condiciones en caso de una venta, que como siempre es menos pájaro en mano que cien volando….
Por todo esto, y pese a la amenaza implícita de Boca de colgar a Rossi si no arregla su contrato, la continuidad del ex Chacarita y Lanús parece lejos de poder acordarse. Al menos, en estos términos. Rossi decidió quedarse unos días más en Buenos Aires a la espera de novedades y si no recibe noticias empezará a disfrutar de sus vacaciones junto a su esposa Sabrina y su bebé recién nacido, Bautista.
Si no es en Boca, su futuro estará en el exterior. El interés más fuerte sería de Flamengo, el último campeón de la Copa Libertadores, que ya envió una oferta a Boca en agosto de este año y que el club no respondió. También San Pablo lo tiene en carpeta y otros dos conjuntos de Europa. Pero hay dos cuestiones que lo alejan de esos destinos…
El principal, que ningún club invertirá el dinero que pretende Boca para quedarse con un jugador cuyo contrato finaliza en seis meses. Y el otro tiene que ver con una cuestión de calendario y respeto por el club: hasta tanto no se resuelva la situación con el Xeneize Rossi decidió no avanzar a fondo con otro equipo. El futuro, ahora, está en manos de Boca.