En el último partido del DT en Núñez, River cayó 2-1 por con un doblete de Alejo Veliz. Suárez descontó en el Millonario. Emotiva despedida tras el partido.
Rosario Central jugó con las emociones de River. No le interesó que el Monumental se caiga a pedazos suplicando y despidiendo a Marcelo Gallardo. El equipo de Tevez planteó un partido inteligente, pegó en los momentos justos con un doblete de Alejo Veliz aprovechando a un Franco Armani despistado y amargó una jornada histórica para el Millonario.
El conjunto de Núñez, que mejoró en la parte final del encuentro y forzó un cierre vibrante, descontó a los 87 minutos con un cabezazo de Matías Suárez y no logró conseguir el empate por la imbatible actuación del arquero Gaspar Servio.
Con los destellos de Juanfer Quintero en el arranque (después se fue expulsado por agredir al árbitro), River simulaba estar mejor con la pelota. Asumía los riesgos, jugaba en campo rival y adoptaba el protagonismo del partido en medio de las emociones, las pulsaciones y la disyuntiva entre jugar y pensar en el contexto.
Y en este último escenario descripto, el que pegó primero fue el Canalla. Alejo Veliz capturó un rebote de un Franco Armani, que respondió muy flojo a un disparo controlable de Gino Infantino, área y la empujó al fondo de la red para amargar al Millonario en la despedida del DT.
En el arranque del complemento, Veliz recibió un centro rasante de Blanco y la empujó sin marcas a los 49 minutos debajo del arco tras otro error de cálculo de Armani para estampar el 2-0.
La Banda se despertó en el epílogo y le puso una pizca de suspenso al cierre luego de que a los 87 descuente Suárez de cabeza. Sin embargo, no pudo enderezar el barco y se hundió entre las lágrimas por la derrota y la despedida del Muñeco. Para colmo, se quedó con diez por una insólita reacción de Quintero: empujó al árbitro y vio la roja.
El entrenador más ganador de la historia no pudo despedirse con victoria de su casa, con su gente, pero para los hinchas, el 2-1 fue un decorado, porque después del partido Gallardo tuvo su merecida despedida.