Pequeño chileciteño recuperó la visión tras exitoso tratamiento en China

Se trata de Lucca Manrique Ortiz, el pequeño de seis años, que presenta desprendimiento de retina en ambos ojos, recibió terapia con células madre en Wu Medical Center.

La buena noticia fue difundida este jueves por FM La Voz 92.7 de Guandacol, que confirmó lo que todos esperaban. El pequeño Lucca Manrique Ortiz recibió con éxito el tratamiento médico que le realizan en China, con el cual pudo recuperar la visión.

«La Noticia más linda del día desde China. Yo también puedo ver la luz!», publicó La Voz 92.7 de Guandacol en su cuenta de facebook, donde agregó: «Lucca Exequiel Manrique Ortiz, un paciente de argentina de 6 años que presenta desprendimiento de retina en ambos ojos, recibió terapia con células madre en Wu Medical Center con las expectativas de todos.

Lucca finalmente sabe que el mundo es brillante: ¡yo también puedo ver la luz!»

Cabe recordar que el pequeño nació por cesárea en el Hospital de Chilecito el 12 de junio del 2017. Sin embargo lo que todo nacimiento trae aparejado en una familia, lamentablemente para sus padres Guadalupe Ortiz y Jorge Manrique, se vio opacado por las complicaciones de salud con los cuales Lucca llegó al mundo, aunque fue un bebé nacido a término.

Inmediatamente lo trasladaron a la capital Riojana, para ser atendido en el Hospital de la Madre y El Niño, y a los 22 días es trasladado al Hospital Garraham en Buenos Aires, donde Lucca fue diagnosticado con Coloboma bilateral y Glaucoma en la vista y Nódulos Hepáticos.

Además fue intervenido quirúrgicamente por un soplo en el corazón. Con todo lo que implico atravesar estas circunstancias, los padres de Lucca buscaron siempre las mejores alternativas para su hijo, con terapias tempranas, ya que su ceguera absoluta requería una atención extra. Así la estimulación visual y la terapia ocupacional formaron parte de su vida incluso desde sus primeros meses.

A partir de ahi, comenzó una verdadera odisea para la familia, que tuvo que realizar distintas colectas para poder llevar a cabo el costoso tratamiento, en un país tan lejano, pero que finalmente tuvo sus réditos, que se transformaron en la alegría del pequeño al poder ver la luz con sus ojos.