Con 21 puntos, Bruno le regaló la sexta alegría en fila al elenco Milrrayita (9-5), que sólo contó con seis jugadores disponibles, entre lesionados y bajas por COVID; así, le amargó el debut a Safar en Riachuelo (6-6).
Sexta victoria al hilo de Peñarol. con las ausencias de Federico Marín (lesión en la rodilla), Al Thornton, Lucas Gorosterrazú, Joaquín Cabrera, Ignacio Bednarek (por Covid positivo) y Nicolás Franco (caso sospechoso), dejando tan sólo seis jugadores disponibles para Ramella, Peñarol cosechó su sexta victoria al hilo al superar a Riachuelo de La Rioja por 92-80 en el Polideportivo.
Y viéndolo ahora, en un nuevo año, parece mágico el despertar del elenco marplatense. No tuvo el mejor de los Súper 20, y luego la Liga no la comenzó con el pie derecho, ya que hasta el receso por las Ventanas FIBA, se encontraba 3-3, sin sentirse cómodo en casa, ni fuera del Poli. Pero algo sucedió es esa gira por el norte, donde el panorama cambió drásticamente. El juego empezó a fluir, aparecieron aquellos que no incidían, y Peñarol empezó a construir las bases del equipo que es hoy, que no importa la cantidad de jugadores que tenga disponibles, va a intentar plasmar el mismo sistema de juego, buscando todos los rebotes, encontrando al compañero mejor ubicado, y corriendo la cancha.
Los seis jugadores que jugaron terminaron en doble dígito: Sansimoni 21, Monacchi y Glass 16, Valinotti 15, Lockett 13 y Buemo 11. Y todo comenzó a andar sobre ruedas recién en el capítulo final, que se quedó el Milrrayita por 32-21. Tuvo una alta efectividad en lanzamientos de dos puntos (27/41 – 65%), convirtiendo 48 puntos en la pintura (contra 32 eternos), y además tuvo 12 recuperos, desde los que generó 28 puntos.
El visitante se alejó 10-2 en tres minutos y obligó a Leandro Ramella a pedir tiempo muerto. Allí reaccionó el local, para meter un 11-3 y empatar en 13 cuando quedaban 4 y medio. Buemo se destacó con 5 unidades, pero la clave fue la mejoría defensiva del conjunto. A partir de allí, el trámite se emparejó y el parcial finalizó igualado en 20.
El segundo fue un cuarto de rachas. Con Lockett como bandera, Peñarol empezó ganando, aunque Riachuelo le hizo difícil las cosas y con buen aporte desde el banco tomó la delantera en dos ocasiones. De todas maneras, los locales dejaron una mejor imagen de conjunto y sacaron cinco (36-31) a falta de 5 minutos. Valinotti fue importante con su goleo. El mejor momento llegó con los locales arriba por 7 (40-33), aunque la bocina los encontró arriba solamente por un doble (45-43).
Un buen arranque de tercer cuarto le permitió a Peñarol escaparse 53-48, pero en un ratito, Glass cometió su cuarta falta y debió irse a descansar, dejando diezmado el juego interior. Con dos triples de Gerlero, Riachuelo pasó a ganar 54-53 a falta de 4 y medio. Nuevamente todo se emparejó y los Milrayitas llegaron al cierre arriba por una unidad (60-59).
Peñarol salió muy enfocado a afrontar el parcial final. Y con una defensa impresionante, sumada a los triples de Monacchi, sacó su máxima renta de 8 (75-67) cuando quedaban 4 minutos y medio. A pesar del desgaste y la cantidad de faltas acumuladas, el equipo se mantuvo firme desde lo mental. Y en el cierre se alejó nuevamente por 8 (86-78 a falta de 41 segundos). Ese golpe fue clave.