Este acto triste y lamentable con el largo de los años salió a la luz y se tiene que hacer justicia. La defensa del exobispo Gustavo Zanchetta presentó recursos de casación en contra de la condena de cuatro años y seis meses de prisión efectiva. Mientras ese recurso se analiza, será trasladado a la cárcel local.
La Sala II del Tribunal de Juicio de Orán concedió los recursos de casación presentados por la defensa del exobispo Gustavo Zanchetta, en contra de la condena que recibió el mes pasado, de cuatro años y seis meses de prisión efectiva, por el delito de abuso sexual simple agravado en perjuicio de dos ex seminaristas, y, mientras ese recurso se analiza, ordenó su traslado a la cárcel local, ya que desde el fin del juicio permanecía alojado en dependencias policiales.
Fuentes judiciales informaron que los jueces de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López y Héctor Fabián Fayos, concedieron el recurso de casación interpuesto por la nueva defensa del exobispo.
Por ello, remitirán oportunamente el planteo para su análisis a la Sala del Tribunal de Impugnación que por sorteo corresponda.
El recurso fue planteado por la nueva defensa técnica del condenado, integrada por los abogados Darío Palmier y Juan José Valdez Aguilar, quienes reemplazaron al defensor oficial Enzo Giannotti.
Zanchetta deberá aguardar la resolución alojado en la Unidad Carcelaria 3 de Orán, por lo que fue oficiado el Servicio Penitenciario para que concrete el traslado inmediato del exobispo.
El juicio
El exobispo fue condenado el 4 de marzo a la pena de cuatro años y seis meses de prisión efectiva por abuso sexual continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido, en perjuicio de dos exseminaristas.
Al concluir el juicio oral, que comenzó el lunes 21 de febrero pasado, Zanchetta fue esposado en la sala de audiencias y trasladado a la Unidad Regional 2, de la Policía de la Provincia, donde quedó alojado a la espera de un cupo en la Unidad Carcelaria de Orán.
En la primera jornada del juicio, el exobispo -que estuvo acompañado por los abogados canónicos Javier Belda Iniesta y Francesco de Angelis- declaró y negó todas las acusaciones en su contra, y aseguró que tres sacerdotes le habían dicho que la denuncia en su contra se trataba de una venganza.
Durante el juicio, varios de los más de 40 testigos que pasaron por el proceso complicaron la situación del religioso, ya que de sus testimonios surgió que ejercía tratos inapropiados con algunos seminaristas y que se le encontraron fotos con contenido pornográfico en su teléfono celular, entre otros detalles.
Un joven denunció los episodios de contenido sexual que sufrió por parte de quien fuera obispo de la Diócesis de Orán, a partir de 2017.
Según la denuncia, estos abusos tuvieron como escenario el edificio del seminario Juan XXIII, de Orán, ubicada a 270 kilómetros al norte de la ciudad de Salta, y en un domicilio particular de la localidad de Los Toldos.
Luego, se sumó la denuncia de un segundo seminarista, que el 13 de febrero de 2019 relató haber sufrido episodios de significación sexual y conductas inapropiadas «frente al público y en el ámbito privado».
Estos hechos habrían ocurrido desde 2016, en la casa parroquial San Antonio, en el edificio del seminario Juan XXIII y la casa del Obispo.