Visiblemente emocionado, el rosarino le dijo adiós al club catalán tras más de dos décadas en las que conquistó 35 títulos. «Hace 16 años que estoy en el primer equipo. Empezar de cero, cambiar… es un cambio duro para mi familia”
Ni una palabra llegó a pronunciar Lionel Messi que ya estaba lagrimeando, apenas ingresado al auditorio este domingo para su conferencia de prensa de despedida del Barcelona. Antonella Roccuzzo, sentada en primera fila junto a sus hijos, tuvo que levantarse para alcanzarle unos pañuelos. Un verdadero fin de era, la del rosarino y el club catalán que lo despidió con sus 35 trofeos en la sala.
No hubo dardos, al menos súper explícitos, ni confirmación de su nuevo destino, a pesar de que todos apuntan hacia el París Saint-Germain francés. Casi que sólo hubo lugar para la emoción y, sobre todas las cosas, el aseguramiento por parte del rosarino de que hizo «todo lo posible» para seguir en el Barcelona.
El futbolista argentino aseguró que nunca pensó que se iría del club español. “Me hubiera gustado despedirme de otra manera: nunca imaginé mi despedida porque la verdad es que no lo pensaba”, dijo en la sede del club, en la que estuvo acompañado por compañeros y también algunos compañeros como Xavi y Puyol.