“Le disparé porque me tenía cansado”, dijo el acusado y el jurado le dio hoy la razón

El hombre que mató a su hijo en una discusión fue encontrado culpable solo de homicidio en exceso en la legítima defensa

MAR DEL PLATA.- Un jurado popular consideró culpable de homicidio con exceso en la legítima defensa a un hombre que mató de un disparo en el pecho a su hijo, con el que mantenía frecuentes discusiones y al que había advertido que estaba dispuesto a ese final.

“Le disparé porque me tenía cansado”, había dicho Guillermo Cuenca, de 61 años, minutos después de gatillarle a Diego, su hijo de 22 años. El joven pidió ayuda y sobrevivió lo suficiente como para que un equipo de emergencias médicas lo ingresara a la sala de Guardia del Hospital Interzonal General de Agudos, donde sufrió un paro cardiorrespiratorio.

El crimen se cometió el 4 de junio de 2020 y la pena se conocerá el próximo martes, cuando el juez Néstor Conti, titular del Tribunal en lo Criminal N°2 y al frente de este juicio, determine si el condenado continuará alojado en la Unidad Penal N°44 de Batán, donde permanece desde aquel día, o si se considera que debe cumplir prisión en suspenso, opción que contempla la calificación confirmada.

Los doce jurados escucharon esta mañana los alegatos de la fiscal Romina Díaz, al frente de la acusación, y de la defensora oficial Laura Solari. Al cabo de la audiencia se trasladaron a la sala donde plantearon posturas hasta alcanzar una posición unánime que a media tarde confirmaron al tribunal.

En este nuevo juicio por jurados que se desarrolla en este Distrito Judicial Mar del Plata se debía determinar si Cuenca había incurrido en homicidio agravado por el vínculo, mató en legítima defensa o se había excedido en esa condición, emoción violenta o circunstancias extraordinarias de atenuación.

El punto de acuerdo fue el exceso en la legítima defensa, que con el agravamiento por uso de arma prevé pena de un año y cuatro meses a seis años y ocho meses de cárcel, casi equivalente a la prevista para un homicidio culposo, que es de uno a cinco años de prisión.

El acusado había llegado a esta instancia bajo la carátula de homicidio agravado por el vínculo, delito para el que el Código Penal argentino prevé la pena de prisión perpetua y calificación sostenida en el juicio por la fiscalía.

“Protege la norma de no matarás, pero también entendieron en el jurado que había poderosas razones que llevaron a Cuenca a matar a su hijo”, afirmó.

El caso había dividido aguas en la comunidad respecto a la actitud criminal de Cuenca. La víctima, según se describió durante el juicio, era adicto a distintas sustancias y se lo consideraba foco de crisis en su grupo familiar. Su hermana se fue de la casa por esta tensión y la madre, frente a otra discusión fuerte entre padre e hijo, los despidió con un saludo que parecía presagiar lo que ocurriría horas después: “Mátense, yo me voy”, les dijo.

Cuenca ya había avisado a su entorno que estaba dispuesto a matar a su propio hijo frente a la situación repetida de peleas que eran constantes y escalaban día a día en niveles de agresión. Para la defensa, cuando mató fue para protegerse. El fiscal Juan Pablo Lódola, que inició la investigación, consideró que fue un homicidio agravado al vínculo y así lo planteó su colega, Díaz, durante el juicio.

La audiencia el próximo martes abrirá oportunidad a la presentación de argumentos y pruebas para que el juez técnico del jurado, en función de esos elementos y su correspondiente evaluación, fije monto de pena. Se estima que la fiscalía insistirá en una de cumplimiento efectivo , que para el caso debería superar los tres años dado que Cuenca no tiene antecedentes penales. La defensa, según se pudo conocer, se afirmará en ese y otros atenuantes para llegar a una pena de ejecución condicional.