Cuando este viernes el semáforo del circuito Bahréin se ponga en verde para las prácticas del Gran Premio que se disputará el domingo, la Fórmula 1 iniciará una de las temporadas con más desafíos de las últimas décadas.
El primero tiene que ver con el recuerdo fresco del torneo más apasionante, barroso, chicanero, emotivo, disputado y tenso en los 72 años de la categoría, que se definió en favor del holandés Max Verstappen luego de superar a Lewis Hamilton con una maniobra que ya entró en la historia grande del motorsport, en una las últimas curvas de la última vuelta de la última carrera del año. Un síntoma de la paridad entre Mercedes y Red Bull que elevó la competitividad a niveles altísimos, colocando la vara en un lugar que difícilmente pueda alcanzarse a corto plazo.
El segundo se vincula con la entrada en vigencia de un nuevo reglamento técnico que generará cambios radicales en el funcionamiento de los monopostos. Cambios que el jefe técnico de Red Bull, Adrian Newey, calificó como los más grandes en cuarenta años y, por lo tanto, significan un barajar y dar de nuevo para las diez escuderías que hasta el 20 de noviembre –terminará varias semanas antes de lo habitual para no pisarse con el Mundial de Qatar– recorrerán cuatro continentes para disputar las 23 carreras del calendario 2022. A continuación, las claves del inicio de la temporada.
*Nuevo reglamento: Pensado para aplicarse en 2021 y postergado un año a raíz de la pandemia, el nuevo reglamento tiene cambios absolutos respecto al anterior. El más importante es su espíritu: si desde el inicio de la Fórmula 1 se buscó aumentar la performance de los vehículos independiente de lo que ocurriera alrededor, la flamante normativa está concebida con la idea rectora de reducir la turbulencia que generaban los vehículos de la generación anterior y complicaban la posibilidad de sobrepasos en pista. Es, entonces, la primera vez que se piensa no tanto en ir hacia adelante, sino en las consecuencias que esto genera hacia atrás.
Siguiendo esa norte es que se ensancharon las trompas, los neumáticos dejaron la histórica medida de 13 pulgadas (se usaba desde 1960) para utilizar los de 18, se agregaron pequeñas aletas sobre las gomas delanteras, se modificó el diseño de los pisos incluyendo canales internos para favorecer la carga aerodinámica y se rediseñó el ala trasera, que ahora es mucho más ancha, abierta y con esquinas redondeadas que cubren parte de la llanta. Un nuevo concepto que trajo, como era de esperar, nuevos problemas.
*El efecto “porpoising”: Hacía décadas que en la Fórmula 1 no se hablaba de “porpoising”, tal como se conoce al rebote de los monoplazas cuando alcanzan altas velocidades y que apareció durante los ensayos de pretemporada a causa de la manera en que circula el aire por los canales internos del piso. Un fenómeno que no solo implica pérdida de rendimiento y un esfuerzo mecánico extra, sino también un desgaste físico enorme para los pilotos, en particular en la zona del cuello, como pudo comprobarse en las cámaras on board.
Partidas, regresos y cambios: La parrilla presentará modificaciones respeto a la del año pasado. La más relevante es la llegada del británico George Russell a Mercedes luego de penar tres años en Williams, en reemplazo de Valtteri Bottas, quien se fue a Alfa Romeo para ocupar la butaca del retirado Kimi Räikkönen. El finlandés compartirá escudería con Guanyu Zhou, primer piloto chino en llegar a la Máxima y cuyo principal mérito es traer una cartera de sponsors del gigante asiático, un país al que la Fórmula 1 mira con muchísimo cariño por el potencial económico que implicaría afirmarse en un mercado con 1.400 millones de habitantes. Como reemplazante de Russell en Williams estará el tailandés Alex Albon, quien regresa luego de un año de ausencia.
Otro que vuelve es Kevin Magnussen, llamado a último momento por Haas a raíz de la partida del ruso Nikita Mazepin luego de que la escudería rompiera el contrato de sponsoreo con la empresa de fertilizantes Uralkali, cuyo principal accionista es Dmitri Mazepin, padre de Nikita y uno de los multimillonarios más cercanos a Vladimir Putin. Si bien la Fórmula 1 rápidamente tomó una posición crítica hacia la invasión a Ucrania anunciando la cancelación de la carrera en Rusia, Uralkali ya avisó que, de no recibir el dinero que entregó a Haas en concepto de adelantos, iniciará acciones legales. La guerra, queda claro, se disputa en múltiples terrenos, incluida las pistas de carreras.