El Pontífice denunció que «los inocentes están pagando la locura de las partes», al tiempo que pidió «paz» y lamentó el asesinato de la hija del pensador ruso, crimen del que Moscú acusó a Kiev.
El papa Francisco denunció este miércoles que, a seis meses del inicio de la guerra en Ucrania, «los inocentes están pagando la locura de las partes», al tiempo que pidió «paz» y lamentó el asesinato de la hija de un pensador ruso, del que Rusia acusa a Ucrania.
El embajador de Ucrania cuestionó la alusión del Papa al asesinato de la joven de 29 años Daria Duguina y le achacó poner en la misma categoría al «agresor» Rusia y a la «víctima» Ucrania, en una inusual crítica de un diplomático acreditado ante el Vaticano.
En su mensaje, el pontífice invitó también a pensar «en otros países que están en guerra hace tiempo», como Siria o Yemen, con mucha menor atención y movilización internacional de que la que suscita Ucrania.
Duguina fue asesinada el fin de semana cerca de Moscú en un atentado terrorista por la explosión de una bomba colocada bajo su auto y dirigida a su padre Alexander Duguin, un filósofo al que la prensa occidental suele presentar como mentor ideológico del Kremlin.
El intelectual y escritor ha creado y desarrollado conceptos geopolíticos que han dado sustento ideológico a las justificaciones del presidente ruso, Vladimir Putin, y del Kremlin para anexionarse la península ucraniana de Crimea en 2014 e intervenir militarmente en Ucrania este año.
Duguina, politóloga y periodista, expresaba visiones similares en varios medios rusos en los que trabajaba.
Rusia acusó del asesinato de la joven de 29 años a los servicios de inteligencia ucranianos, pero Ucrania lo niega.
«Pienso en una pobre joven volada por los aires por una bomba puesta bajo el asiento del auto en Moscú. Los inocentes pagan la guerra», dijo el Papa durante la Audiencia General que encabezó este miércoles.
«Pienso en tanta crueldad, en tantos inocentes que están pagando la locura de todas las partes, porque la guerra es una locura. Y ninguno que esté en guerra puede decir ‘no, yo no estoy loco'», agregó.
En una publicación en su cuenta de Twitter, el embajador ucraniano ante la Santa Sede, Andrey Yurash, calificó como «decepcionante» el mensaje del Papa y planteó que «no puede hablar en la misma categoría de agresor y víctima, de violador y violada».
«¿Cómo se puede mencionar a una ideologista del imperialismo como una víctima inocente», dijo el embajador sobre la asesinada Duguina, y reiteró la tesis del Gobierno ucraniano de que la joven fue asesinada por los servicios secretos rusos.
«Fue asesinada por los rusos como víctima de sacrificio», dijo sin presentar pruebas.
En su intervención, el Papa, que ha condenado fuertemente la intervención rusa de Ucrania y numerosos ataques puntuales, volvió a pedir por la paz para «el amado pueblo ucraniano».
«Renuevo la invitación a implorarle al Señor la paz por el amado pueblo ucraniano que hace seis meses hoy sufre el horror de la guerra», planteó el pontífice.
«Deseo que se den pasos concretos para poner fin a la guerra y alejar el riesgo del desastre nuclear», enfatizó ante casi 6.000 fieles reunidos en el Aula Pablo VI.
Las palabras del Papa se dan en un marco de fuertes presiones del Gobierno ucraniano para que el pontífice visite su país, un viaje que si bien es un «deseo» del Papa, tiene una logística que el propio Bergoglio consideró «complicada» por el momento.
«Llevo en el corazón a los prisioneros, sobre todo a los que se encuentran en condiciones frágiles, y pido a las autoridades responsables que actúen por su liberación», reclamó el Papa.
Francisco manifestó luego su preocupación por «los niños, tantos muertos, y también tantos refugiados».
«Tantos heridos, tantos niños ucranianos y rusos que quedaron huérfanos. La orfandad no tiene nacionalidad: perdieron el papá o la mamá, sean rusos o ucranianos», lamentó.
«Pensemos esta realidad y digámonos el uno al otro que la guerra es una locura. Todos los que ganan con la guerra o con el comercio de armas son delincuentes que matan a la humanidad», agregó, en una nueva crítica a los productores y vendedores de armas.
En su mensaje, el pontífice invitó también a pensar «en otros países que están en guerra hace tiempo».
«Hace más de diez años Siria; o Yemen, con tantos niños que pasan hambre; o los rohingya, que giran por el mundo por la injusticia de ser echados de su tierra», detalló en referencia a la etnia musulmana expulsada de Myanmar y que se refugia principalmente en Bangladesh