Se trata de Martín Román Apóstolo, quien se desempeñaba en la Fiscalía General ante el Tribunal Oral de la Capital riojana.
El lunes Gendarmería Nacional detuvo a Martín Apóstolo, fiscal auxiliar de la Justicia Federal de La Rioja, acusado de presuntos actos de corrupción y extorsión. El procedimiento se llevó a cabo en la provincia de Buenos Aires.
Los primeros indicios que desencadenaron esta investigación se originaron en una denuncia presentada meses atrás por una persona imputada en un delito federal. Según la denuncia, el fiscal habría ofrecido beneficios a cambio de considerables sumas de dinero. Estos señalamientos sirvieron como punto de partida para una profunda pesquisa, que incluyó allanamientos y peritajes en busca de evidencia.
Uno de los elementos más cruciales en la investigación resultó ser el teléfono celular del funcionario imputado, en el cual se encontraron mensajes y llamadas que respaldan las acusaciones de extorsión. Según fuentes reservadas, el fiscal solicitaba coimas a personas imputadas por delitos federales, incluso llegando a requerir favores sexuales, prometiendo beneficios que estaba fuera de su capacidad otorgar.
El juez José Quiroga Uriburu, a cargo del Tribunal Oral Federal, encabeza la causa, con la intervención del fiscal Diego Iglesias de la PROCUNAR (Procuraduría de Narcocriminalidad) entidad judicial de la Nación.
Apóstolo ya había sido detenido en un allanamiento en su domicilio en la provincia de La Rioja en julio de este año, estuvo detenido 24 horas y fue dejado en libertad. En aquella ocasión se le secuestró su teléfono celular y se lo vinculó mediáticamente con otros allanamientos en 11 viviendas de Capital y del interior de La Rioja en los que se desbarató una banda narco dos semanas después del allanamiento al funcionario, pero el secretario Penal del Juzgado Federal José Luis Combina, aclaró en aquel entonces que “este procedimiento no tiene nada que ver con el otro caso”.
Además hace una década protagonizó otras dos polémicas, por un lado un extraño episodio cuando intervenía en el juicio contra César Milani. Resulta que su auto fue robado cuando tenía en su interior documentación relativa al caso de la detención del ex preso político Ramón Alfredo Olivera y su vinculación con Milani. El auto apareció un año después, pero la documentación que había en su interior, copias del expediente que se sustancia en el juzgado federal de La Rioja, sobre la participación de Milani en la represión de la última dictadura, no fue encontrada.
Por otro lado, también fue denunciado judicialmente por presunta falsificación de documentación y fraude, en un caso de jubilaciones “truchas” que involucraron a varias personas, incluyendo la esposa del acusado por Enrique Cabrera, ex diputado provincial del PRO, quien ante los medios locales sostuvo que “Apóstolo cuando se enteró de mi denuncia, mandó a otra persona, para ofrecerme cien mil pesos, en diez cheques de diez mil, copias que están en el expediente. En un principio la causa no tenía avances, pero con el cambio de fiscal, creo que las cosas irán por su curso natural. Por esta denuncia lo mandaron a trabajar a Catamarca, pero ha vuelto y actualmente está trabajando como asesor en la Cámara de apelaciones del Dr. Horacio Salman, escondido y camuflado, y todavía cobrando un sueldo”.
Chats comprometedores
En los chats, a los que tuvo acceso Infobae, Apóstolo conversa sobre la situación de los detenidos y cómo mejorarla. Algunas de las charlas -extraídas del celular del fiscal incautado durante un allanamiento en su casa del barrio cerrado Golf- ocurrieron a partir del 18 de marzo de 2023.
“Tengo mi mujer presa por allanamiento en las Malvinas”, “Yo te debo 40?, “Cuánto me saldría”, “El chiste para sacarla con la domiciliaria de nuevo”, “Más o menos”, “Para juntar urgente”, “Qué abogado pongo”, “O me arreglás vos”, “Pero el número final es con voz (sic)”, “Más de lo de la otra vez, 400 o igual”, “Para ver cuánto tengo a qué vendo”, “Me la sacás y después arreglamos gracias”, son algunos de los pedidos del narco al auxiliar fiscal.
Apóstolo generalmente responde con un “no hay problema”. Según se desprende del expediente, cumplió con lo pactado pero siguió exigiendo dinero a la banda. “Decile a Pablito que se reporte porque sino va a volver al hotel”, amenazó.
Más allá del castigo en la Justicia, el procurador general de la Nación interino, Eduardo Casal, dispuso la suspensión preventiva del funcionario.
El fiscal auxiliar también es señalado por haber aceptado el pago de una dádiva por la suma de, al menos, un millón quinientos mil pesos ($1.500.000), para hacer valer indebidamente su influencia ante el titular del Juzgado Federal de La Rioja, Daniel Rubén Herrera Piedrabuena.
Este segundo hecho investigado ocurrió entre el 11 de noviembre de 2021 y el 11 de enero de 2023, en relación a otro narco detenido. Primero, Apóstolo intercedió para que le devolvieran una camioneta Dodge Journey secuestrada en la causa, a la esposa del detenido.
Luego, pidió dinero para sacar de prisión al traficante aunque la situación ya no estaba en sus manos: la causa había pasado a fiscalía de juicio. La mujer en cuestión se quejó en un audio enviado a su celular.
“Por qué no peleas por una domiciliaria que va a ser más rápido que hagan los otros trámites que están haciendo, la nulidad, lleva tiempo, por qué no le das una domiciliaria por su enfermedad, me parece que es más rápido, no quiero que lleguen los ocho meses, ya estamos entrando en los ocho meses, me preocupa, haceme entender, decime algo que yo más o menos entienda qué están haciendo, te dije que quería que lo saques ya, que ya quería que salga, sino no podemos tratar nada así, no podemos hacer trato”.
Apóstolo respondió: “Ya te llamo”.“Vos sabes que la libertad no tiene precio, mirá el culiado me ha cobrado un millón y medio y me la puesto…”, le confesó más tarde el preso en cuestión a un allegado. De esa intervención telefónica, es fácil deducir que, aunque el narco pagó, el beneficio no llegó.
*Con información de Infobae