Los factores fisiológicos, como el estrés y el sueño, juegan un papel importante en la forma en que retenemos la información. Existen técnicas que nos ayudan a recordar lo ya incorporado a nuestra memoria.
En las horas previas a un examen, es posible que parezca que no quedaron grabados en la mente los conceptos que se tenían claros al principio del estudio. ¿Por qué es posible memorizar algo y, después, ya no poder recordarlo? La ciencia dice que se debe, nada más y nada menos, que a la llamada “curva del olvido”. Esta expresión se refiere a la pérdida de retención de lo que uno intenta memorizar a medida que pasa el tiempo.
Hay que tener presente que el olvido como tal es algo natural y que se experimenta de forma constante. Por ejemplo, cada vez que se lee un libro y al rato ya no es posible recordar la escena o la idea con exactitud. Y esto no quiere decir que no se tenga capacidad retentiva, sino que es algo que forma parte del funcionamiento normal de la memoria, lo que ayuda a descartar aquello que no es útil para uno.
Qué es la curva del olvido que afecta a los expositores
Esta expresión aparece alrededor de 1885 y fue acuñada por el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus, en su libro Sobre la memoria. Según Hermann, la “curva del olvido” modela el ritmo exponencial con el que los humanos olvidamos la información que hemos “aprendido”.
Al parecer, lo que se memoriza desaparece de forma tan rápida que, pasadas unas horas, tan solo se recuerda aproximadamente un 50% de la información. Esto está muy presente, sobre todo, en las personas que tienen que hacer exposiciones orales, ya que el volumen de temario durante años es enorme, y está influido por dos cosas: la relevancia que tiene lo que se quiere retener; y el tiempo que pasó desde que se aprendió, sin repasarlo.
De esta forma, lo que se retiene realmente en el estudio funcionaría de la siguiente manera:
- Un día después de haber estudiado algún tema, se recuerda la mitad de las cosas y, por lo tanto, se olvida el otro 50%.
- Dos días más tarde, habrá desaparecido de la memoria gran parte de lo que se intentó retener: hasta un 70%.
- Una semana después -aquí viene lo grave-, probablemente no se recuerde ni un 3% de lo que se estudió.
Cómo combatir la curva del olvido
Según los profesionales, existen técnicas y estrategias que ayudan a combatir y mitigar esa “curva del olvido”, siempre teniendo claro que no se puede evitar al 100%.
En mayor medida, lo que se debería hacer para modificar este concepto es hacer repaso de lo estudiado. Pero ¿qué es lo fundamental para ser eficiente de verdad? Primero, hay que saber que no se puede repasar por repasar. Es decir, hay que organizarse de cierta forma.
Los mejores momentos para realizar los repasos
- Hacer siempre un repaso de lo estudiado antes de que pasen 24 horas. En caso de hacerlo bien, se recuperará el 100% de lo aprendido.
- Entre 7 y 15 días después de haber aprendido todo el material, hacer varios repasos (se sugiere entre dos o tres).
- En caso de que falte mucho tiempo para el examen, intentar hacer, al menos, una sesión completa de repaso al mes para mantener fresco el temario.
- Poco antes del examen, no olvidar hacer un repaso final de lo estudiado.
Los test de autoevaluación son una valiosa herramienta que muestran qué partes hay que reforzar. Se pueden realizar de cada tema, así como de varios, siendo lo ideal hacer una evaluación global del temario.