Se trata de Gustavo Daniel Ocampo, de 34 años, acusado de realizar un ritual en el que apuñaló a Luis Gómez.
El domingo pasado (2 de abril), la ciudad española de Madrid se vio conmocionada por un homicidio, cometido por un hombre de 34 años contra quien en vida fuera su pareja de 54 años, apuñalandolo varias veces con un destárnillador, en un presunto ritual satánico, según las primeras investigaciones.
Con el paso de los días, se brindaron más detalles de “el asesino del destornillador”, apodado de esa manera por la prensa española. Se trata de Gustavo Daniel Ocampo, oriundo de Anillaco, La Rioja.
Gustavo Daniel Ocampo, el hombre argentino de 34 años detenido el lunes a primera hora de la mañana por asesinar a su novio en Puente de Vallecas, ya había protagonizado hace justo un año otro altercado con su pareja. Fue en abril de 2022, cuando se le arrestó por agredir a Pedro Luis Gómez Escamilla, veinte años mayor que él y con el que hacía más de cuatro años que mantenía una relación formal.
En aquella ocasión, informan fuentes policiales, también le dio una paliza bajo los efectos de las drogas. Eso sí, a diferencia del crimen final, no utilizó armas blancas ni de ningún otro tipo. Fue a golpes.
De ahí que a Ocampo le conste un antecedente policial por un delito de violencia en el ámbito doméstico (la violencia de género sólo existe cuando un hombre la ejerce sobre una mujer).
Sin embargo, la relación había continuado, pespunteada con idas y venidas y, sobre todo, condicionada por el consumo de estupefacientes. Tanto es así, que el lunes, cuando Gustavo asesinó a Pedro, había consumido anfetaminas, al menos; o eso mismo reconoció él cuando la Policía le puso las esposas.
El hecho
Sobre las siete de la mañana del pasado domingo (2 de abril), varios vecinos se despetaron sobresaltados por el estruendo proveniente del segundo piso interior, al que se llega por una estrecha escalera. Media hora antes, la sala del 091 había recibido otro aviso en esa misma calle, porque la pareja estaba discutiendo en el exterior. El bloque en el que se ha producido el crimen se trata de una corrala humilde del barrio de Puente de Vallecas en el que cualquier ruido retumba en el patio y donde la mayoría de sus vecinos viven de alquiler. “Esuché un ‘auxilio’ que no llegó a acabar, es como si se le cortara la voz antes de terminar la palabra. Me asomé, pero ya no vi ni oí nada, además aún estaba oscuro así que volví a meterme en casa”, cuenta una vecina.
Otro residente en el bloque sí llamó a los agentes por los ruidos provenientes de esa casa cuyos inquilinos nunca antes habían generado problemas. Una patrulla se presentó poco después en el domicilio y fue el presunto asesino el que abrió la puerta, después de cinco minutos de negociación a través de la puerta. En el interior, Gustavo preguntaba insistentemente a los agentes que cómo podía estar él seguro de que de verdad eran policías y se enfadaba cada vez que la luz del rellano, automática, se apagaba. Cuando por fin abrió, recibió a los policías desnudo, con dos palos.
Allí mismo el detenido les ofreció un relato inconexo y atropellado sobre lo sucedido y sobre su vida con Pedro. Les contó que había consumido anfetaminas, que estaban manteniendo relaciones y que él no quiso seguir y que la víctima había intentado clavarle las jeringuillas con anabolizantes que el consumía.
“¡Si entráis, podéis ver las jeringuillas!”, les gritó a los agentes. También les dijo que Pedro estaba “maldito”, que tenía “el demonio dentro” y que sabía que desde hacía mucho estaba tratando de envenenarle con la comida. Además, les explicó que su pareja traficaba con droga desde hacía mucho y que, a pesar de que se lo había prometido muchas veces, continuaba haciéndolo. Varios residentes confirman que el trasiego a altas horas de la madrugada era habitual en esa casa.
Le clavó al menos tres destornilladores, uno en un ojo y dos en el abdomen, que todavía estaban en el cuerpo cuando los agentes lograron que Gustavo les abriera la puerta. El Grupo V de Homicidios le interrogó ayer por la mañana, pero se negó a declarar.
“Lo siento mucho”
El presunto autor de los hechos publicó un vídeo en sus redes sociales en el que sonríe mientras enfoca su rostro y donde aparece con un cuadro de Jesucristo. “Lo siento mucho”, articulaba el detenido. Las estancias del piso donde ocurrieron los hechos aparecen en la escena, aunque están mucho más ordenadas que el escenario revuelto que encontraron los agentes.
La Policía acudió al apartamento alertada por los vecinos, quienes llamaron por una fuerte discusión. Los agentes se encontraron con la escena del crimen, donde se hallaba el cadáver semitumbado de la víctima, que ya se había desangrado, todo un arsenal de libros y otros elementos religiosos y esotéricos como el cuadro con la imagen de Jesucristo que mostraba el presunto autor del asesinato en el vídeo.
El detenido, que presentaba síntomas evidentes de encontrarse bajo los efectos de las drogas, fue inmediatamente arrestado acusado de un delito de homicidio en el ámbito de la violencia doméstica.
El presunto autor de los hechos ha prestó declaración ante los investigadores del Grupo V de Homicidios de Madrid, quienes tratan de esclarecer si el arrestado cometió el crimen en el transcurso de algún tipo de ritual esotérico dado el escenario con el que se toparon al llegar a la corrala de Puente de Vallecas donde vivía la pareja.