Así lo precisó el último parte de la Unidad Médica Presidencial. Tras estudios ejecutados en el Sanatorio Otamendi, se le realizará un bloqueo radicular programado en 48/72 horas. El mandatario suspendió su actividad oficial pautada para mañana en Chaco.
Alberto Fernández debió ser trasladado al Sanatorio Otamendi en las primeras horas de esta noche por un fuerte dolor en la espalda y según precisaron por medio de un comunicado desde Presidencia de la Nación, tiene una hernia de disco lumbar. Sin la presencia de funcionarios, permaneció en el nosocomio acompañado por su médico personal —Federico Saavedra— y personal de la custodia oficial. Se le recomendó realizar reposo en Olivos y se le realizará un bloqueo radicular programado en 48/72 horas.
“El señor Presidente de la Nación, Doctor D. Alberto Ángel Fernández presenta un cuadro de dolor lumbar agudo, motivo por el cual se realizarán los estudios correspondientes con el fin de poder administrarle un tratamiento específico”, había indicado en un principio el texto oficial sobre la salud del mandatario. Poco después, el parte médico señaló: “Al señor Presidente de la Nación, Doctor D. Alberto Ángel Fernández, le realizaron los estudios correspondientes, evidenciándose una hernia de disco lumbar, por tal motivo se realizará un bloqueo radicular programada en 48 / 72 horas”.
“Se le indica reposo y adecuar sus actividades en la Residencia Presidencial de Olivos”, completó el documento de la Unidad Médica Presidencial. El comunicado difundido en un principio llevó la firma de Federico Saavedra, médico personal de Alberto Fernández y quien lo atiende desde hace más de una década. Ante este escenario, el Presidente suspendió la actividad oficial que tenía pautada para mañana en la provincia de Chaco.
El último sábado se había registrado su última actividad oficial del mandatario, en la que no había registrado inconvenientes físicos, cuando firmó en Luján el compromiso “Ni un pibe, ni una piba menos por la droga”, una campaña impulsada por la Federación de Hogares de Cristo que preside el cura José María “Pepe” Di Paola. El domingo, a su vez, se mostró activo a través de redes sociales al igual que ayer, cuando opinó en el marco del aniversario por los 10 años del papa Francisco en el cargo.
“Hace 10 años que Francisco es Papa. Una persona que admiro profundamente, que se animó a cuestionar las desigualdades del mundo y acercó la Iglesia a las y los más necesitados. Su guía nos impulsa a soñar y construir un mundo más humano. Todo mi afecto hacia él en este día”, indicó entonces a través de Twitter. En lo que respecta a este martes, la agenda oficial no anunció actividad del mandatario. Alrededor de las 20, entonces, se informó sobre su traslado al Sanatorio Otamendi.
Vale recordar que pocos meses atrás, el Presidente de la Nación registró otro inconveniente relacionado a su salud en el marco de una actividad oficial fuera del país. En aquella ocasión —noviembre de 2022—, Alberto Fernández sufrió un cuadro de gastritis erosiva en medio de la gira internacional, que lo obligó a suspender por unas horas su participación en el G20 de Bali —India—. A su vez, este último evento —un cuadro de dolor lumbar agudo— se sumó a la lista de afecciones a su salud que padeció el mandatario durante los últimos años.
En noviembre último, la Unidad Médica Presidencial dio a conocer que el mandatario tuvo “una gastritis erosiva con signos de sangrado”. “Por tal motivo se decidió realizar los estudios de diagnóstico de rigor a fin de preservar su salud y evitar complicaciones”, se informó oficialmente por aquellos días. En un primer parte, por aquel entonces, los médicos sostuvieron que lo que había sufrido era “un episodio de hipotensión y mareos”.
También en el marco de los antecedentes médicos del Presidente, en junio de 2019 —cuando era precandidato del Frente de Todos en la lista que tenía como segunda a Cristina Kirchner—, Alberto Fernández tuvo que ser internado en el Sanatorio Otamendi luego de que se le detectara “una inflamación pleural”, que en ese entonces se precisó de manera oficial que “podría corresponder a una obstrucción arterial subsegmentaria”.
El caso se originó durante una jornada en la que mantuvo reuniones con distintos dirigentes en el marco de la camapaña electoral. Allí Fernández había contado que tuvo “mucha tos seca” y que le dolía mucho la espalda. “Yo ya había tenido en el 2008 un antecedente de un pequeño coágulo en el pulmón”, contó en aquella oportunidad. Además reconoció que se encuentra anticoagulado por prescripción médica y recordó que tanto su madre como su hermana sufrieron tromboembolismos en las piernas. “Estoy espléndido para alegría de algunos y desgracias de otros”, había manifestado aquella semana despejando rumores sobre su estado.
Luego, en abril de 2021 —ya ejerciendo la Presidencia de la Nación— el mandatario se contagió de COVID-19. El diagnóstico le fue confirmado en el día de su cumpleaños número 62 luego de presentar síntomas compatibles con la enfermedad que tuvo en vilo al mundo en 2020. “Lo que me pasó a mí demuestra que todos nos tenemos que cuidar. Yo vivo cuidándome y sin embargo me dio positivo. Eso demuestra que todos tenemos que estar alerta y respetar todo lo que es necesario para evitar el contagio”, había manifestado en aquella oportunidad.