Alberto Fernández no olvidará el acto de entrega de viviendas que compartió con el gobernador Quintela en Chilecito el pasado 17 de agosto. El clima que lo rodeo y el mensaje del riojano, previó a su discurso de cierre, le reflejaron la vigencia del carácter federal del programa del Frente de Todos que encabeza.
En su sexta visita presidencial Alberto concluyó su agenda notoriamente conmovido. Razones para emocionarse no faltaron. Entregar viviendas en la ciudad natal de su padre, que es una de las Capitales Alternas designadas al comienzo de su mandato y ver como las obras empiezan a impactar en esa comunidad, lo reconfortó políticamente.
La agenda de su jornada en Chilecito comenzó con el acto oficial por el aniversario del paso a la inmortalidad del General San Martin, en la Estación Dos de Cable Carril; continuó con la entrega de las 78 viviendas; luego en la misma zona inauguró una jardín de infantes y corroboró el importante avance en la construcción del hospital que marcará un antes y después en materia de Salud para todo el Departamento.
Al contexto político que signó su visita lo brindó un gobierno provincial que se alineó al programa federal con iniciativa propia y gestión eficiente; conducido por alguien que viene demostrando tener resto político para denunciar sin pelos en la lengua la pobreza que reproduce el proyecto centralista de desarrollo y la violencia simbólica que ejercen sus medios hegemónicos.
Como decíamos al principio, el acto de entrega de viviendas fue lo que dejó tela para cortar. La singularidad del mismo arranca con el Tercer Dormitorio que incluyen las casas que se construyen en La Rioja; algo inédito a nivel nacional. El gobierno riojano lo sumó a los dos dormitorios del Plan nacional usando fondos propios. El objetivo fue garantizar que las familias tengan un mayor margen para organizar la comodidad de su hogar; para que “la casa nueva no sea un nuevo lugar de hacinamiento”, comentó el gobernador cuando hizo pública esta decisión.
A medida que el acto avanzaba, Alberto pudo sentir el calor político que concitó su visita. El PJ riojano lo recibió con un nuevo piso de unidad y desarrollo organizativo y eso se notó, pero la temperatura del acto escaló cuando Quintela tomó el micrófono y le dio rienda suelta a su estilo con un filoso y autentico mensaje político.
El panorama que expresó puso en contexto la política habitacional con la que avanza el Frete de Todos, que al llegar al gobierno debió afrontar, pandemia de por medio, la crisis habitacional provocada por Cambiemos. A este contexto el mandatario le sumó el descreimiento y el escepticismo que los medios hegemónicos porteños instalan maliciosamente en las comunidades más vulneradas del país para sostener la matriz centralista. A esta altura, Tristán Bauer, titular de Cultura de la Nación que acompañaba al Presidente, empezó a mirar al “Gitano” con ojos de documentalista.
La chipa política saltó con algo que Quintela incluyó en su mensaje haciendo brillar la mirada del Presidente. Esto fue cuando le recordó un anhelo que puso en palabras al comienzo de su mandato y que se está cumpliendo. “Se propuso ser el presidente porteño más federal de la historia de la república Argentina y lo está logrando, lo está construyendo, es el presidente mas federal”, reconoció el riojano con total naturalidad.
El micrófono paso caliente a las manos de Alberto, quien también reconoció el liderazgo en iniciativa de gestión del gobierno del riojano. Finalmente el discurso del Presidente sostuvo el tono en alto apoyándose en la legitimidad del proyecto federal y convalidando las críticas al centralismo hechas por quien lo había precedido en el uso de la palabra.