Las imputaron por un aborto ilegal luego de que Facebook compartiera sus chats a la Justicia

El caso materializa los temores de los defensores de los derechos reproductivos sobre la vigilancia digital y sienta un precedente alarmante. La información trascendió esta semana y levantó una ola de indignación en las redes.

Una joven y su madre fueron acusadas de cometer un aborto ilegal en Estados Unidos después de que Facebook entregara a las autoridades sus chats privados como prueba, un caso que materializa los temores de los defensores de los derechos reproductivos sobre la vigilancia digital y sienta un precedente alarmante ahora que la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) depende de la legislación de cada estado.

La información trascendió esta semana tras publicarse los documentos de la investigación judicial y levantó una ola de indignación en las redes, donde el hashtag #DeleteFacebook (Borra Facebook) se hizo viral.

«Este caso es otro horrible presagio de lo que está por venir en el infierno de la era pos-Roe en EEUU», dijo a Télam Sam Goldman, una de las fundadoras de la alianza Rise Up 4 Abortion Rights, en referencia a las consecuencias de la anulación en junio del histórico fallo Roe vs Wade de 1973, garante de la IVE durante casi medio siglo en el país.

«El problema que plantea este caso es claro y ominoso: el control estatal y patriarcal», sentenció la activista de este movimiento, inspirado de la marea verde latinoamericana.

El caso

Las autoridades del estado central de Nebraska -donde la IVE es ilegal desde la semana 20- empezaron a investigar el caso en abril tras recibir un aviso de que Celeste Burgess, de 17 años, había tenido un aborto espontáneo y había enterrado el feto junto a su madre sin informarlo.

Al ser consultadas sobre cuándo ocurrió el hecho, ambas dijeron en un primer momento que no lo recordaban, según revela el informe judicial.

Pero luego la joven brindó la fecha tras ver sus mensajes de Facebook, lo que llevó a las autoridades a solicitar una orden para acceder a sus datos en la red social.
En base a registros médicos, se determinó que Celeste estaba entonces embarazada de más 23 semanas.

A principios de junio, la joven y su madre, de 41 años, fueron imputadas de un delito grave -el de sustracción, ocultación o abandono de un cuerpo- y de dos menores: ocultar la muerte de otra persona y denuncia falsa.

Días más tarde, el tribunal aprobó la orden para pedir a Facebook todos los datos privados que tenía de las mujeres, algo que la firma aceptó.

Así, hallaron conversaciones en las que supuestamente hablaban sobre tomar pastillas abortivas: «Una píldora frena las hormonas y después hay que esperar 24 horas para tomar la segunda», le dijo Burgess a su hija, quien le pidió a su madre «quemar las pruebas cuando todo esté fuera».


A estos mensajes se sumó el testimonio de una amiga de la joven que afirmó haberla visto tomar la primera pastilla abortiva en abril.

Un mes más tarde, gracias a esta evidencia, la Fiscalía acusó a la madre de otros dos delitos graves: realizar un aborto ilegal y hacerlo sin licencia médica.

Ambas se declararon «no culpables» de los cargos y un juicio con jurado está programado para octubre, en el que Celeste -que ya cumplió los 18- será procesada como adulta.