Rusia planea una nueva ofensiva ante Ucrania

El Ministerio de Defensa ruso dijo en un comunicado que los ataques en Lviv fueron con «misiles de alta precisión» y destruyeron un importante «centro logístico e importantes lotes de armamento extranjero, entregados a Ucrania en los últimos seis días por Estados Unidos y países europeos».

Los ataques con misiles rusos en Lviv alcanzaron tres instalaciones de infraestructura militar y una gomería, dijo el gobernador de la región, Maksim Kozitski, que agregó que entre los heridos había un niño.

Dada su cercanía con Polonia, la ciudad es la principal puerta de entrada de las armas suministradas por la OTAN a Ucrania y de combatientes extranjeros que se unen a la resistencia ucraniana, muchos de ellos procedentes de países de la Unión Europea (UE). Polonia integra tanto la OTAN como la UE.

También hoy, en tanto, Zelenski envió al embajador de la UE en Kiev dos voluminosos expedientes, incluyendo las respuestas a un cuestionario, que contienen la demanda de adhesión de Ucrania al bloque, como primer paso para obtener una membresía acelerada, un deseo que ha sido fuente de gran irritación para Rusia durante años

Rusia inició este lunes su largamente anunciada ofensiva terrestre en la región del este de Ucrania conocida como Donbass, dijeron autoridades ucranianas, a casi dos meses del inicio de la invasión y en medio de intensos combates y de bombardeos rusos en localidades de esa parte del país europeo, con al menos ocho civiles muertos.

«Ahora podemos decir que las tropas rusas han comenzado la batalla por el Donbbas, para la que se estuvieron preparando durante mucho tiempo. Una gran parte de todo el Ejército ruso se dedica ahora a esta ofensiva», dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en declaraciones en Telegram.

Minutos antes, autoridades del Donbass informaron de fuertes enfrentamientos y bombardeos rusos en varias localidades de Lugansk y Donetsk, las dos provincias que forman el Donbass, una región industrial fronteriza con Rusia donde la mayor parte de la población habla ruso.

Las declaraciones de Zelesnki llegaron al término de una jornada que había comenzado con ataques rusos con misiles contra instalaciones militares en la occidental ciudad ucraniana de Lviv y otros numerosos objetivos en otras partes del país, interpretados como un esfuerzo por reducir las capacidades militares de Ucrania antes de lanzar su asalto en el Donbass.

A fines de marzo, y anunciando el fin de la primera etapa de su invasión, Rusia retiró sus tropas de Kiev y otras regiones del norte de Ucrania para abocarlas a la «liberación» del Donbass, donde milicias rusoparlantes controlan extensos territorios y combaten al Ejército ucraniano desde 2014, en rechazo a la destitución del entonces Gobierno de Viktor Yanukovich por una ola de protestas.

Más de 14.000 personas murieron en ese conflicto, según la ONU, y el presidente ruso, Vladimir Putin, dice que uno de los fines de la ofensiva en Ucrania es proteger a la población rusoparlante del Donbass del «genocidio» que, según él, cometieron allí las nuevas autoridades prooccidentales de Kiev, a las que tilda de «neonazis», en los últimos ocho años.

«No importa cuántos soldados rusos traigan hasta aquí, lucharemos. Nos defenderemos», aseguró Zelesnki.

Rusia no hizo comentarios inmediatos sobre las afirmaciones de Zelenski.

Poco antes, el gobernador ucraniano de Lugansk, Serguei Gaidai, informó de «combates incesantes» en varias ciudades de la provincia.

«Esto es un infierno. Ha comenzado la ofensiva de la que llevamos semanas hablando», dijo en Facebook. «Hay combates en Rubizhne y Popasna, combates incesantes en otras localidades pacíficas», afirmó en Telegram, informó la agencia de noticias AFP.

Más temprano, el Departamento de Defensa de Estados Unidos dijo que Rusia sumó artillería, decenas de miles de soldados y otras capacidades militares en días recientes para su ofensiva en el Donbass, y que podría disponer aún de más tropas si termina de conquistar -algo que parece inminente- la sureña ciudad portuaria de Mariupol, ubicada en esa región.

Aunque completamente devastada por siete semanas de asedio, bombardeos y enfrentamientos callejeros, la estratégica Mariupol está controlada casi por completo por el Ejército ruso, y los últimos combatientes que la defienden, estimados en unos pocos miles, están atrincherados y rodeados en una enorme planta de producción de acero.

Los combatientes, entre los que según Rusia hay tropas ucranianas y mercenarios europeos, ignoraron el domingo un ultimátum del Ejército ruso para rendirse y preservar sus vidas.