El martes pasado se cumplió un nuevo aniversario del segundo tanto que Diego Armando Maradona le marcó a Inglaterra dejando a medio equipo rival desparramado en el estadio Azteca durante el Mundial de Mexico 1986. Todos guardamos esas imágenes en nuestra memoria. Pero alguien se guardo un tesoro invaluable. La camiseta que uso el “Diez” esa tarde. Mira quién es y dónde esta es prenda.
El grito de gol volvió a sonar después de 35 años con el recuerdo de las gambetas del genio de la pelota desparramando rivales. Ese día quedó en la historia, por ese gol notable y el tanto anotado con «la mano de Dios». Diego tenía la camiseta azul, invalorable por estos tiempos, y que está en manos del ex jugador inglés Steve Hodge, con quien la intercambió al final del encuentro.
Treinta y cinco años pasaron de aquel partido memorable y esa casaca azul no tiene precio. Y con el paso del tiempo seguramente será más requerida, sobre todo para los grandes coleccionistas. ¿Cuánto puede valer?, es la pregunta que muchas veces se hizo y que el propio Steve escuchó incansablemente. Incluso, un príncipe catarí le hizo llegar una oferta de cerca de dos millones de euros.
“La camiseta no está a la venta. La tuve durante muchos años y nunca intenté venderla”, aseguró Hodge, quien intercambió su indumentaria con el capitán argentino luego del épico partido disputado en el estadio Azteca tras el triunfo albiceleste por 2 a 1.
¿Cómo es que la camiseta fue a parar a sus manos? Hodge se encontró de frente con Maradona cuando se estaban por ir al vestuario y recordó una recomendación de Brian Clough, su técnico en Forest en 1983 cuando enfrentaron a Barcelona y le aconsejó que le pidieran la camiseta a Diego ya que sería un trofeo valioso. En aquel momento no se percató de hacerlo, pero en el Azteca recordó aquella sugerencia: se tocó el pecho en el clásico gesto de “¿cambiamos…?”. Diego le dio la 10 y él su 18.
Los ingleses estaban dolidos, por la derrota y por el gol con la mano, por eso contó que cuando llegó al vestuario “era un hervidero y todo el mundo hablaba de la jugada, de cómo nos habían engañado. Puse rápido la camiseta en mi bolsa”, sostuvo Hodge, quien en 2010 publicó su libro autobiográfico titulado “El hombre con la camiseta de Maradona”.
Para él fue en ese momento una camiseta más, tan es así que la azul con el número 10 «fue a parar a un placar» de su casa de Nottingham revuelta entre abrigos viejos y cosas sin uso. Allí estuvo 16 años. “Nunca la lavé, aún mantiene el sudor”, relató.
La casaca azul de Maradona es considerada como uno de los tres artículos más preciados del fútbol, los otros dos son la de Alcides Gigghia, autor del gol del Maracanazo en 1950, y la de Pelé de la final de 1970.