Cebeza, dolores musculares, fatiga. Estos son los principales síntomas secundarios que algunas personas experimentan tras recibir la vacuna contra la covid-19, y que figuran en todos los folletos que contienen información sobre las mismas.
Según un estudio del equipo del centro BIDMC de Boston, asociado a la Escuela de Medicina de Harvard, en Estados Unidos, hasta tres cuartas partes de los efectos colaterales más comunes provocados por estas vacunas se deben al llamado efecto nocebo y no a la vacuna en sí.
El efecto nocebo es la otra cara del más conocido efecto placebo: la aparición de síntomas secundarios, o el empeoramiento de una condición, que se produce cuando el paciente recibe un tratamiento que cree que le provocará dichos efectos secundarios, aunque no se le esté administrando de hecho ninguna sustancia farmacológica.
Es decir, el efecto nocebo hace que el paciente sufra ciertos síntomas solo porque sabe que puede padecerlos.
No siempre está ligado a las propias expectativas o experiencias negativas, sino que podemos incorporar este conocimiento de forma inconsciente cuando vemos a otra persona sufrir una experiencia o reacción negativa, le explica a BBC Mundo Yvonne Nestoriuc, profesora del Departmento de Psicología Clínica de la Unviersidad Helmut Schmidt, en Hamburgo, Alemania.
Y aunque es per se independiente de la acción farmacológica de la droga, también puede interactuar con esta.
«Puede traer reacciones nuevas y adversas que no están relacionadas con el efecto de la droga, pero también puede hacer que las reacciones adversas se intensifiquen«.
«De modo que si sufres una reacción local típica de una vacuna, como la hinchazón y el enrojecimiento del brazo (en la zona del pinchazo), esto puede ser explicado por la vacuna en sí, pero puede ser más pronunciado por causa de las expectativas y experiencias previas negativas», agrega la investigadora que no tomó parte en este estudio.
Ansiedad y expectativas negativas
Tras analizar data de 12 ensayos clínicos sobre vacunas contra la covid, que contaron con la participación de cerca de 22.000 personas, los investigadores atribuyeron el efecto nocebo al 76% de todos los eventos adversos después de recibir la primera dosis, y cerca del 52% tras la segunda.
Cabe destacar que los fundamentos biológicos, psicológicos y genéticos no se terminan de descifrar. Por una parte, hay teorías que apuntan a las expectativas como causa principal. Pero existen otras que sostienen que factores que se encuentran en la relación médico-paciente bajan automáticamente el volumen de los síntomas.