El goleador se desvinculó de Olympique Marsella y regresa al club dos años y medio después de su partida. Boca tiene motivos para celebrar. A dos años y medio de su partida, Darío Benedetto volverá a ponerse la camiseta azul y oro.
El artillero desembarcará en el país entre el lunes y el miércoles, se someterá a la revisión médica y -si termina saliendo todo bien- firmará un vínculo que lo uniría al Xeneize hasta finales de 2024.
Atrás quedaron varias jornadas de intensas negociaciones, aunque lo más importante estaba resuelto desde hace al menos un mes: el jugador pretendía regresar y el club le abrió las puertas a la repatriación.
Con los dos focos más importantes alineados, todo lo demás fue más viable. Aunque para nada sencillo. Ocurre que el «Pipa» tenía contrato vigente con Olympique Marsella hasta junio de 2023, aunque aquello jugó también a favor: si los franceses pretendían cederlo otra temporada, debían ponerle en la mesa un nuevo contrato, algo que no estaba en sus planes. Porque, a la vez, Benedetto estaba a préstamo en Elche, de España, club en donde -además- el goleador es socio minoritario de la firma que lo adquirió.
Era un momento clave para Benedetto. A punto de cumplir 32 años y con escaso rodaje en el equipo español (suplente de Lucas Boyé, ex river), precisaba relanzar su carrera profesional. Y ese incentivo es Boca. El club del cual se fue a mediados de 2019 para concretar un gran desafío profesional (jugar en el fútbol europeo), pero con la promesa de volver.
Como cada año, “Pipa” pasó las Fiestas en Buenos Aires, rodeado por sus seres queridos. En esos días fue que sorprendió al declarar en TyC Sports: “Lo dije en su momento cuando me fui. A Boca voy a volver, ya sea como hincha o como jugador. Yo estoy agradecido con la gente de Boca por el cariño hermoso que me brindan hasta el día de hoy. Ojalá que el día de mañana pueda volver”.
Juan Román Riquelme no dejó pasar la oportunidad y lo llamó. Solo ellos saben de qué hablaron, pero algo quedó claro: el ídolo le abrió las puertas al “operativo retorno”. Fue la chispa necesaria para todo lo que vino luego.
“La pelota la tiene el Pipa. Si él quiere, el 3 de enero arranca la pretemporada en el predio”, le confiaron por entonces a La Nación desde las entrañas del complejo que Boca tiene en Ezeiza. “Todo depende de él”, resumían