Siguen los costos políticos para Inés Brizuela y Doria. La designación masiva de empleados sin la previsión presupuestaria le siguen pasando factura. Ahora la ciudad está invadida por las moscas a raíz de la no recolección de residuos. La gestión está en su peor momento.
Esta semana comenzó a funcionar paulatinamente el servicio de Recolección de Residuos, luego de que empleados acordaran trabajar a modo de gesto hacia el gobernador, tras el anuncio y posterior pago de 30 mil pesos previo al 24 de diciembre.
Sin embargo, y más allá de que las autoridades municipales anuncian que demorarán 15 días en normalizar la situación de la basura. El tema parece mucho más complejo. No solo porque la ciudad está plagada de micro basurales, sino que a raíz de la falta del servicio, la ciudad está invadida de moscas y el enojo de los capitalinos se siente en las redes sociales.
A esto también se debe sumar el deplorable estado de las calles. Que luego de las últimas lluvias y producto de la nula mantencion en estos años, quedaron prácticamente intransitables.
Lejos quedaron aquellos días donde la Intendenta aparecía en medios de comunicación junto a sus funcionarios contando baches y haciendo un “relevamiento”. Parece que la cuenta se perdió o se diluyó en el tiempo.
Lo cierto, es que el efecto boomerang de la movida electoral que realizó Brizuela y Doria, está siendo más duro de lo que ella pensaba. Las marchas, las campañas de redes sociales con los dirigentes Macristas no alcanzaron para tapar la falta de trabajo en los servicios públicos y la gestión está en su punto más bajo. Hasta se podría decir que la llevan las moscas.