Los fiscales habían solicitado 51 meses de cárcel, después de que se declarara culpable en septiembre del cargo de obstrucción a un procedimiento legal, cuando se unió a la turba afín a Trump para intentar detener el recuento de los votos electorales en el Congreso.
Los fiscales también remarcaron en la acusación que Chansley había sido un prolífico difusor de teorías de la conspiración, en especial aquellas confabuladas por la organización de extrema derecha QAnon, así como de otros mensajes de odio que «avivaron» el incidente.
El 9 de agosto se entregó a las autoridades, que presentaron seis cargos en su contra, aunque solo aceptó el de obstrucción a un proceso legal.
Chansley, quien durante aquella audiencia para reconocer su participación llegó a compararse con Mahatma Gandhi, sufre un trastorno esquizotípico de la personalidad que le impide relacionarse con facilidad y le puede alterar los patrones de pensamiento, apariencia y conducta, algo que fue utilizado por su defensa para intentar librarlo de los cargos.
En prisión pidió sin éxito un indulto a Trump, inició una huelga de hambre para exigir alimentos orgánicos como marca su fe chamánica y concedió a la CBS una entrevista sin permiso en la que negó que su actos hubieran supuesto un ataque a las instituciones, sino que fueron un intento por «traer a Dios de vuelta al Senado».
Cinco personas murieron durante el ataque o poco después, incluido un oficial de policía y una manifestante asesinada por un oficial dentro del edificio.