La Confederación General del Trabajo (CGT) atraviesa un momento de profunda división interna, según lo expresó el cosecretario general de la central sindical, Pablo Moyano. El dirigente sindical reconoció que la CGT está «partida de hecho», con dos posturas antagónicas que marcarán el rumbo de la organización en los próximos meses: una, que busca seguir dialogando con el Gobierno, y otra, la que él representa, que opta por la confrontación directa.
En declaraciones recientes, Moyano aclaró que la disputa interna dentro de la CGT no es solo una cuestión de diferencias políticas, sino de principios y enfoques sobre cómo enfrentar al Gobierno de Javier Milei. «Si no hay reuniones, no hay debate. Una parte estamos en la calle, la otra parte cree que hay que seguir dialogando», indicó Moyano, dejando en claro que la falta de consenso entre los gremios es una realidad.
El dirigente sindical también hizo hincapié en que este enfrentamiento dentro de la CGT ha sido el motor de varias movilizaciones y paros, como el paro nacional del 30 de octubre, que dejó en evidencia la fuerza de aquellos gremios que apuestan por la confrontación. «El paro demostró que hay gente que quiere seguir peleando y defendiendo sus derechos», sostuvo Moyano, en un claro apoyo a las posturas más combativas dentro de la central.
La desregulación del correo: un golpe a las pymes y los trabajadores
Además de las tensiones internas, Moyano fue muy crítico con la reciente desregulación del sector postal y logístico. Para el dirigente, esta medida perjudica a miles de pymes y trabajadores, especialmente a aquellos que están afiliados a sindicatos del sector. «Es alentar el trabajo en negro», alertó Moyano, refiriéndose a la eliminación de beneficios laborales clave, como el aguinaldo y la cobertura médica.
El dirigente también advirtió sobre los efectos negativos que tendrá esta desregulación en el mercado laboral, con el surgimiento de empresas privadas sin ningún tipo de control, lo que no solo afectará a los trabajadores, sino que también permitirá que crezca la informalidad y la explotación laboral.
Moyano también fue crítico de la Ley Bases, que permite la apertura de la economía con la llegada de productos importados sin restricciones. Para el líder sindical, esta legislación está siendo devastadora para las pymes nacionales, que ven cómo los productos extranjeros invaden el mercado local, poniendo en peligro la supervivencia de pequeñas y medianas empresas argentinas. «La invasión de productos extranjeros está destruyendo a miles de pymes», subrayó.
En este sentido, Moyano no dudó en señalar a los legisladores peronistas que apoyaron la ley, específicamente a los de provincias como Tucumán, Salta y Catamarca, acusándolos de traicionar los intereses de los trabajadores y de las pymes nacionales. «La CGT hizo paros y movilizaciones, pero los que nos terminaron cagando fueron esos diputados», aseguró, en una clara denuncia a los responsables dentro de su propio partido.
El futuro de la CGT parece estar en juego. Mientras un sector sigue apostando al diálogo con el Gobierno, otros, liderados por Moyano, apuestan por una línea más confrontativa, con paros y movilizaciones como una de las herramientas principales para hacer frente a las políticas de Milei.
El dirigente sindical también adelantó que el 30 de octubre no fue el fin, sino el inicio de una serie de medidas que los sindicatos tomaran en los próximos días. «Puede ser que antes de fines de noviembre tengamos más paros», anunció Moyano, dejando en claro que la lucha no ha hecho más que empezar.
La resistencia del sindicalismo: más fuerte que nunca
En un contexto de creciente conflictividad social, Moyano se mostró convencido de que el sindicalismo argentino está lejos de ser vencido. «Ni la dictadura militar, ni el menemismo, ni la Alianza, ni Macri pudieron con el sindicalismo, menos este cachivache», afirmó en relación al presidente Milei, quien, a su juicio, no podrá doblegar a los trabajadores ni a la central sindical.Argentinian cuisine
Por ahora, las tensiones dentro de la CGT parecen estar lejos de resolverse. El debate entre diálogo y confrontación seguirá siendo el eje de la discusión interna, mientras la resistencia de los trabajadores crece en las calles, impulsada por la figura de Pablo Moyano y su postura de confrontación abierta con el Gobierno.