Reveló que tuvo pensamientos suicidas pero que pudo salir adelante por su equipo de contención.
Fernanda Russo tal vez no tuvo la performance deportiva que esperaba en los Juegos Olímpicos de París y finalizó en el puesto 30 en la prueba de rifle de aire 10 metros, pero tiene otros motivos para celebrar que van mucho más allá de lo deportivo.
Después de su actuación, sencillamente dijo estar «agradecida de estar viva» porque «muy lejos y atrás quedó la Fernanda con pensamientos suicidas después de Tokio».
La deportista de 24 años conmovió con su relato en TyC Sports este domingo tras la prueba de tiro y confesó envuelta en lágrimas que después de Tokio 2020 «no podía pensar que mi vida podía seguir».
A corazón abierto, expresó que «era muy importante para mí estar acá parada. Hay medallas mucho más importantes que una de oro. Hoy estoy agradecida de poder estar parada acá en la línea, estoy agradecida de poder estar viva, de poder disfrutar de una competencia como la disfruté hoy. Si bien los últimos 20 tiros no fueron los mejores, los primeros 40 sí. Siento que pude dar lo mejor que tenía y la mejor versión de Fernanda. Muy lejos y atrás quedó la Fernanda con pensamientos suicidas. Eso es lo más importante».
La riojana dijo estar «agradecida» por el hecho de disfrutar de su actuación y dejar atrás situaciones que la atormentaron: «Venía a dejar todo. Esto es todo lo que había. Me voy vacía a casa. Sé ahora lo que es disfrutar unos Juegos Olímpicos después de tres participaciones. Decir ‘che, se puede disfrutar unos Juegos Olímpicos'».
«Hay muchas otras peleas que nosotros damos. Injusticias, problemas de gestión, problemas políticos, problemas deportivos, problemas personales», subrayó. Y agregó que «hace tres años, cuando fue Tokio, no podía pensar que mi vida podía seguir. Hoy vuelvo a mi casa, tengo una facultad donde ir, una familia que me quiere, un montón de amigos que me están esperando y la vida no se termina en la línea de tiro».
«Terminé de tirar y me sentía viva. Busquen eso, busquen vivir. El alto rendimiento es un regalo. Estar acá para mí es un regalo. Si no hubiese sido por mi equipo de contención, yo hoy no estaría acá parada y seguramente no estaría respirando», concluyó.