Al hablar en Olavarría anunciando la puesta en marcha de la Ley de Zonas Frías, que beneficia la tarifa de gas para ciudadanos de distintos territorios del país, el Presidente se refirió a la reunión social en Olivos en julio del año pasado por el cumpleaños de la primera dama y lamentó que sucediera.
El presidente Alberto Fernández lamentó la reunión realizada el año pasado en la Residencia de Olivos con motivo del cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yañez, y admitió que «no debió haberse hecho».
«El 14 de julio del año pasado, día del cumpleaños de mi querida Fabiola, convocó a una reunión con sus amigos y a un brindis que no debió haberse hecho; definitivamente me doy cuenta que no debió haberse hecho y lamento que haya ocurrido. Claramente lo lamento», expresó el Presidente.
El presidente se refirió así al encuentro que se llevó a cabo en la Residencia de Olivos en julio de 2020, con motivo del cumpleaños de Yañez, en los primeros meses de la pandemia de coronavirus.
Lo hizo con un discurso que pronunció en Olavarría, donde se puso en marcha la ley que amplía el universo de beneficiarios y beneficiarias del Régimen de Zona Fría (RZF).
«Tengo la necesidad de reflexionar con ustedes, tengo la necesidad de decir, francamente, porque, como dicen los pibes que me conocen, no soy careta», señaló el jefe de Estado.
Remarcó que su Gobierno jamás ocultó «nada», a partir del hecho de haber facilitado los registros de ingresos y egresos de la quinta de Olivos, cuando fueron solicitados.
«Nunca quise esconderme detrás de nadie cuando tuve que dar la cara; como decía (el expresidente) Néstor Kirchner, somos personas comunes con responsabilidades importantes», señaló.
Explicó que la pandemia de coronavirus obligó a gestionar desde la quinta presidencial por recomendación de los médicos, pero advirtió que «Olivos se convirtió casi en una ciudad» por la cantidad de personas con las que debió reunirse, entre «gobernadores, diputados, secretarios, empresarios, actores, actrices, futbolistas y gente que tenía problemas y necesitaba ser oída».
«Una de las cosas que tengo como Presidente y como hombre común es esa necesidad de escuchar a todos y viví todo ese momento en un gran vértigo, un vértigo que no me hizo tomar reuniones con 10 personas, sino con cientos de personas», aseguró.