Durante un acto llevado a cabo en la Aerostación Militar del Aeroparque Jorge Newbery, los allegados directos a las Madres de Plaza de Mayo que fueron asesinadas también revelaron que ver a la aeronave les provocó «tristeza, dolor y desesperación».
Familiares de las víctimas de la «Santa Cruz» destacaron este lunes la recuperación del avión Skyvan PA-51, utilizado para los «vuelos de la muerte«, y remarcaron que este hecho «es una prueba y un testimonio para el mundo de que estas cosas no pueden volver a pasar».
Durante un acto llevado a cabo en la Aerostación Militar del Aeroparque Jorge Newbery, del que participaron el ministro de Economía y precandidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, y la vicepresidente, Cristina Kirchner, los allegados directos a las Madres de Plaza de Mayo que fueron asesinadas también revelaron que ver a la aeronave les provocó «tristeza, dolor y desesperación«.
Cecilia De Vincenti, hija de Azucena Villaflor, remarcó que «en este avión, lamentablemente, fue la ultima vez que estuvieron con vida» sus familiares, porque desde allí «los arrojaron vivos».
«Este avión tiene que estar en la ESMA como parte de la historia, para que nunca mas suceda, pero también para que los jóvenes que no vivieron esa historia lo tengan como un legado. Para que nunca más pase y siempre tengamos memoria verdad y justicia», detalló De Vincenti en declaraciones a la prensa.
Además, precisó que «es una prueba importante porque los pilotos estuvieron presos», al tiempo que habló de «emociones encontradas».
«Por un lado, se concretó algo que con Mabel (Careaga) estuvimos muchos años tratando de que sucediera, pero por otro lado verlo te produce una sensación de tristeza, de dolor, de desesperación. Porque uno si pudiera cambiar la historia, la cambiaría, pero lamentablemente no lo podemos hacer», indicó.
Por su parte, Mabel Careaga, hija de Esther Balestrino de Careaga, una de las mujeres secuestradas en la Iglesia de la Santa Cruz durante un operativo de la Armada, señaló que esta «es una prueba y un testimonio para el mundo de que estas cosas no pueden volver a pasar, no tienen que pasar».
«Empezamos hace cuatro años las gestiones para traerlo. Se estaba usando en el mundo como correo. Después fue vendido a otra empresa y se estaba usando para prácticas de paracaidismo, pero no de recreación sino para entrenamiento de tropas militares. Para nosotros es doblemente importante haberlo traído«, precisó.
Asimismo, Carega indicó: «Otra cosa que nos contaban y que nos llenó de horror y la verdad que es paradójico fue que este es un avión muy valorado en el mundo porque es uno de los pocos que tiene la capacidad de abrir su compuerta trasera en pleno vuelo. Y justamente para eso lo usaron los militares, para eliminar a las personas que tenían detenidas al arrojarlas vivas al mar«.
«La verdad que nosotros en esta larga lucha que iniciamos hace muchos años logramos que los pilotos de ese vuelo del 14 de diciembre sean condenados porque nuestras madres volvieron con el mar y sus cuerpos tenían los signos de haber sido arrojadas con vida al mar», explicó en declaraciones formuladas a la prensa.
Además, aseguró que «esto es un logro de todos los familiares, del Estado argentino que acompañó este reclamo y es una prueba y un testimonio para el mundo de que estas cosas no pueden volver a pasar, no tienen que pasar».
Participaron además del acto el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla; y referentes del oficialismo como el candidato a Vicepresidente y actual jefe de Gabinete, Agustín Rossi, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof; el ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro; el ministro de Defensa, Jorge Taiana; el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, y el titular de la Procuración, Carlos Zannini, entre otros.
Por los organismos de derechos humanos estuvieron Estela de Carlotto y «Tati» Almeida, además de las hijas de las detenidas- desaparecidas integrantes de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor y Esther Ballestrino de Careaga.
A partir de las planillas de vuelo, se comprobó que el avión fue utilizado el 14 de diciembre de 1977 por los militares para los denominados «vuelos de la muerte», que consistía en arrojar al mar a las víctimas de la Iglesia de la Santa Cruz, entre quienes estaban Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, integrantes de Madres de Plaza de Mayo.
Tras el pedido de los familiares de las víctimas en noviembre pasado, el Ministerio de Economía compró la nave y organizó su traslado desde Estados Unidos.
El avión será emplazado en el predio de la ex ESMA, donde «servirá como aporte para la construcción de la Memoria sobre el terrorismo de Estado«, explicó Cristina Kirchner en Twitter.