El último ídolo celebró su fiesta con la gente, que colmó la mítica Bombonera en una noche especial. «Esto es mucho para mí. Sin ustedes no podría vivir», sentenció.
La explosión se dio cuando el gran protagonista asomó su figura por el túnel que desemboca en el campo de juego. La mítica Bombonera estalló para recibir al hombre que cumplía su último partido en el césped que tantas alegrías le provocó.
El desborde emocional fue en adoración a Juan Román Riquelme, el ídolo de Boca Juniors que finalmente pudo tener su encuentro de despedida. Los brazos en alto fue la reacción que exhibió para agradecer a semejante pleitesía.
El actual vicepresidente de la institución compartió con amigos y ex compañeros un partido para el delirio de la gente, y volvió a dejar su sello en la cancha que lo tuvo como uno de los actores principales a lo largo de su historia.
Riquelme mencionó a su carrera futbolística como una película, que comenzó el 10 de noviembre de 1996, cuando hizo su debut ante Unión de Santa Fe. Lo que apareció después fue un rodaje desbordante de satisfacciones para el público, encadenados con títulos locales e internacionales.
Los invitados fueron muchos, entre los que se encontraban Ibarra, Serna, Ledesma, Giunta, Córdoba, Clemente Rodríguez, Delgado, Gustavo Barros Schelotto, Burdisso, Daniel Díaz, Battaglia, Cascini, Samuel, Palacio, Banega, Sergio Martínez, Barijho, Navarro Montoya por el lado de Boca. Y Sorin, Muñoz, Scaloni, Paredes (el segundo tiempo jugó para Boca), Cambiasso, Luis González, Di María, Aimar, Saviola, Figueroa, Lavezzi, Coloccini, y nada menos que Messi para el equipo de la Selección. La dirección técnica se la repartieron entre Alfio Basile, Carlos Bianchi y José Pekerman.
El capitán del conjunto nacional, flamante campeón del mundo en Qatar, también tuvo su gran ovación, pero de inmediato se encargó de no opacar a su ex compañero en el Mundial 2006. El rosarino se mantuvo cerca del área grande, y tocó la pelota hacia los costados con poca participación. Le gente de Boca le reclamó varias veces que se ponga la camiseta del conjunto local, pero el pedido no se pudo cumplir.
Los artistas musicales no faltaron en el terreno. La tarde comenzó con las tareas del disc jockey Meme Bouquet, desde las 16 horas, y luego siguió con el grupo Damas Gratis. El líder de la banda, Pablo Lescano, es muy amigo de Riquelme.
La segunda formación programada fue de cumbia colombiana: Onda Sabanera. Y el último en subirse al escenario montado sobre la mitad del campo de juego fue Trueno, el freestyler argentino estrella de la escena del trap, quien apareció en el entretiempo. El cantante, vecino del barrio de La Boca, compartió con su ídolo el palco de La Bombonera en la victoria frente a Belgrano de Córdoba (2-0), en la actual Liga Profesional.
Los nombres de actuales y ex futbolistas siguieron -el local ganó 5-3- divirtiendo al público, que colmó la capacidad de la Bombonera para lograr una recaudación de 1.500 millones de pesos. El dinero será invertido en el predio que la entidad tiene en Ezeiza, para infraestructura de los sectores destinados a las divisiones inferiores.
El último enlace natural que tuvo trató de buscar las palabras precisas al final de la noche, y enloqueció a la multitud: «Esto es mucho para mí. Sin ustedes no podría vivir». El denominado Partido para toda la vida había quedado atrás, y el vacío se hizo presente de manera inmediata. Juan Román Riquelme había dado su última función con la camiseta de Boca.