Los empresarios textiles advierten que los efectos de la sequía comenzarán a sentirse en el sector en los próximos meses.
Referentes de distintas firmas que dialogaron con Ámbito, alertaron por la escasez de materias primas que podría redundar en una nueva disparada de los precios ante la falta de oferta. En un escenario marcado por la desaceleración de la actividad que trajo consigo una relevante caída del consumo, las complicaciones para importar dificultan aún más la situación.
La sequía está golpeando fuerte. Los analistas aseguran que se trata de la peor de la que se tenga registro. Ante esta situación, la primera y más obvia consecuencia que se analiza es la merma que causará en las exportaciones de un país como Argentina que tiene una fuerte dependencia del complejo agroindustrial para sostener a raya el sector externo. Las pérdidas rondarán entre u$s15.000 millones y u$s20.000 millones, algo difícil de precisar a esta altura.
Al mismo tiempo, las menores ventas al exterior traerán una caída de la recaudación en tributos claves. Se espera un severo desplome de los ingresos en concepto de retenciones, que podría ser compensado en parte con medidas que está tomando la AFIP para cerrar parcialmente esa brecha, pero que implicará margen fiscal menor para hacer política anticíclica.
A todo esto, hay que sumar el impacto específico en cada una de las cadenas de valor. Los efectos más obvios se perciben en los sectores primarios: la soja, el trigo, el maíz, la carne. Pero a todos ellos hay que agregar a quienes están insertos en sus cadenas de valor: acopiadores, frigoríficos, industrias, transportes y todo tipo de servicios. De vuelta, la menor cosecha derrumba las ventas y cae la recaudación.
Un ejemplo menos comentado es el de la industria textil, que en los últimos años priorizó el algodón por sobre los sintéticos, que son importados. En 2022 la campaña de este producto cosechó 257.000 toneladas, mientras que las estimaciones para el 2023 alcanzan apenas las 182.000 toneladas.
Los empresarios locales ya se preparan para que en las próximas semanas, la menor oferta traiga un nuevo salto en los precios. La incidencia del algodón sobre el precio de venta de hilo para algunos productos alcanza el 50%, mientras que para el resto ronda entre el 30% y el 40%. Todo esto, en un marco de una dinámica inflacionaria que ya supera el 100% en términos interanuales.
“Hay una problemática adicional. A pesar de que la campaña se atrasó, de que contamos con menos algodón y de peor calidad por la sequía, no podemos aumentar el volumen de sintéticos porque no conseguimos los permisos para importar”, explicó a Ámbito un empresario del sector.
Paradójicamente, la desaceleración de la actividad que comenzó a percibirse desde finales del año pasado podría morigerar el traslado a precios del desplome de la oferta. ”El consumo viene en baja, las notas de pedido de los clientes cuando presentamos las colecciones cayeron un 22% en unidades respecto a las del año pasado. Es un número considerable. Esto quiere decir que hay stock y que el mostrador se les enfrió, por lo que empezaron a guardarse”, dijo un reconocido fabricante de indumentaria a este medio. En cualquier caso, está claro que los efectos de la sequía excederán a la conocida manta corta de la restricción externa, que podría o no ser morigerada con financiamiento. Habrá impactos inevitables en la actividad, la recaudación y los precios.