La ruta «blanca» de una banda narco con paso por La Rioja

La red, que operaba desde Bolivia hacia Córdoba, fue seguida por investigadores incluso en nuestra provincia; así cayeron dos envíos, uno detectado en Talamuyuna y el otro en esta Capital. Hay varias personas procesadas.

En Córdoba, descubrieron una compleja organización narco integrada por varias personas y sostenida mediante diversos roles –entre proveedores, organizadores y «mulas»–, que habría funcionado al menos entre febrero y junio de este año.

Mientras operaban, en La Rioja fueron detectados dos envíos de droga en sendos operativos, uno realizado en Talamuyuna, donde encontraron un kilo de cocaína en paquetes adosados al cuerpo de una pasajera, y el otro en esta Capital, donde hallaron medio kilo de la misma sustancia.

En una investigación que publicó el diario cordobés La Voz del Interior se revelan detalles del modus operandi de la banda y de la complejidad de sus procedimientos. A continuación, reproducimos las partes más importantes del artículo.

Operativo falso y prófugos 

«Tengo para conseguir los kilajes que quieras de ‘mercadería’. Con un kilo no vamos hacer plata. Para que hagamos plata, para vivir como se debe, tenemos que sacar 300/400 kilos mensuales». La comunicación filtrada por la Justicia develó los movimientos de una banda narco sospechada del aprovisionamiento de cocaína en Bolivia, el traspaso hacia la Argentina, y la distribución y posterior comercialización en Tucumán, Mendoza y Córdoba.

Los investigadores descubrieron una compleja organización integrada por varias personas y sostenida mediante diversos roles –entre proveedores, organizadores y «mulas»–, que habría funcionado al menos entre febrero y junio de este año.

El salteño Luis Alberto Tolaba (60) y Luis Alberto Tolaba Cano (prófugo) habrían provisto de cocaína desde Bolivia a Rodrigo Gastón Urzagaste Ceballos (31) y a Julio Enrique Ibáñez (24). En la estructura, Evangelina Soledad Balderrama (36) (involucrada también en otra causa narco en Jujuy) habría fungido como intermediaria en el transporte.

Ya con la droga en su poder, Urzagaste e Ibáñez habrían comercializado la sustancia a Juan Carlos Fernández (31) y a David Gabriel Moreno (24), utilizando como transportista y entregador a Mohamed «Moha» Israel Fernandes o Fernández (prófugo), supuesto hermano de Juan Carlos.

Urzagaste e Ibáñez, asimismo, se habrían valido de Antonella «Anto» Mailén Estrada (28), Iván Lautaro Balverdi (22) y Diego Fernando Solar (27) como «mulas» para la transportación de la cocaína a diversos puntos del país. Paralelamente, algunos de ellos habrían llevado adelante otras actividades delictivas para asegurar el objetivo principal de la empresa criminal (el tráfico ilícito de estupefacientes), como la disposición de cierto armamento.

El juez federal N° 1 de Córdoba, Ricardo Bustos Fierro, procesó en agosto con prisión preventiva a Tolaba, Urzagaste, Ceballos, Ibáñez, Fernández y Moreno, presuntos autores de organización y financiamiento para el transporte, almacenamiento y comercialización de estupefacientes.

A Ibáñez también le dictó el procesamiento junto a Balderrama, Urzagaste Ceballos, Fernández, Moreno, Estrada, Balverdi y Solar por transporte; y a los mismos Urzagaste y Fernández también por comercialización.

El entramado

Una investigación de Gendarmería alertó al Juzgado N°1 sobre el rol de Urzagaste y su entorno, lo que motivó una profundización de sus movimientos y conexiones. El juez y el fiscal N° 3, Maximiliano Hairabedian, desglosaron la pesquisa  de la causa original que, si bien no tuvo imputados y se archivó, sí permitió establecer ciertas pistas sobre Urzagaste.

Los efectivos detectaron que Urzagaste había establecido cierto contacto con «Julio» en torno a supuestas maniobras  relacionadas con narcotráfico. A través de los amigos de Urzagaste en Facebook, llegaron hasta una foto de «Julio», quien  resultó ser Julio Ibáñez.

En las escuchas fueron captados mientras dialogaban sobre los que habrían sido detalles de operaciones de drogas. «Conseguí  diez (10 kilos), pero los changos me están pidiendo 4.200 (dólares); y vos te pagás el viaje», le propuso Ibáñez. «Lo  hagamos –respondió Urzagaste–. Yo no voy a ganar nada, pero no importa, lo hagamos, pero yo quiero laburar».

En conjunto habrían obtenido los estupefacientes para proveerlos a un tal «cordobés» y para gestionar otros traslados a  Mendoza. Las antenas telefónicas los ubicaron desplazándose en abril pasado desde Colonia Santa Rosa (Salta) hasta la  ciudad de Córdoba y, posteriormente, a Carlos Paz.

En junio, en Salta, Urzagaste e Ibáñez habrían vendido a Fernández y a Moreno casi 1,5 kilos de cocaína para que estos  luego la enviaran a Mendoza a través la «mula» Estrada. Sin embargo, durante un control realizado por Gendarmería en la  Ruta Nacional 38, en La Rioja, descubrieron que la mujer llevaba adosado casi un kilo de la sustancia a su estómago.

Fernández y Moreno (un narco condenado en Jujuy en 2019) también cayeron detenidos cuando circulaban en un auto  «custodiando» el traslado, una práctica habitual por la cuantía de los estupefacientes.

Por las escuchas, ambos ya habrían realizado remisiones no sólo a Mendoza, sino también a Tucumán y a Córdoba: «Yo estaba  mandando para Córdoba y Tucumán (…). Otra vuelta (…) mandé para Mendoza», le informó Fernández a su «socio» Moreno y le  enfatizó: «Vamos a hacer un negocio que te convenga a vos y a mí, y ganemos los dos». Moreno reafirmó su compromiso:  «Laburamos juntos, somos un socio en la ganancia».

Al día siguiente de la incautación de la droga a Estrada (el 12 de junio), Balverdi y Solar fueron sorprendidos en La Rioja  en otro ómnibus que había partido desde Salta hacia Mendoza con más de medio kilo de cocaína entre sus genitales.

Ibáñez ya había sido vigilado en mayo en Córdoba –un mes antes de su detención en La Rioja–, donde se habría alojado en un  hotel con Tolaba y «Roque» Tolaba Cano, el presunto proveedor de la cocaína desde Bolivia, para resolver un tema  relacionado con drogas.

El final para Tolaba fue en julio último, cuando fue detenido por las autoridades del paso internacional Salvador Mazza- Yacuiba mientras intentaba escapar hacia Bolivia, donde residiría su familiar, Tolaba Cano.

Aún restan los resultados de ciertos peritajes para determinar la situación procesal de algunos de los imputados en  determinados hechos (recibieron la falta de mérito).

Fuente: Nueva Rioja