Tras la muerte de la monarca británica, el sumo pontífice se manifestó al respecto con un telegrama directo a Carlos III.
Luego de conocer la muerte de la Reina Isabel II, fallecida a los 96 años, el papa Francisco destacó la «vida de incansable servicio al bien de la Nación» y envió un telegrama al Rey Carlos III en el que se unió «a todos los que lloran su pérdida».
En este sentido, el pontífice expresó: «Profundamente entristecido al enterarme de la muerte de Su Majestad la Reina Isabel II, ofrezco de corazón condolencias a Su Majestad, los miembros de la familia real, el pueblo del Reino Unido y la Commonwealth», en un telegrama enviado al heredero de 73 años.
Además, agregó: «De buena gana me uno a todos los que lloran su pérdida para orar por el descanso eterno de la difunta Reina, y rindiendo homenaje a su vida de incansable servicio, al bien de la Nación y la Commonwealth, su ejemplo de devoción al deber, su firme testimonio de fe en Jesucristo y su firme esperanza en sus promesas».
«Encomendando su noble alma a la bondad misericordiosa de nuestro Padre Celestial, aseguro a Su Majestad mis oraciones para que Dios Todopoderoso la sostenga con su gracia inagotable mientras toma sus altas responsabilidades como Rey», continuó Jorge Bergoglio.
Por último, se despidió de quien fue la monarca británica desde 1952: «Sobre Usted y todos los que aprecian la memoria de su difunta madre, invoco la abundancia de las bendiciones divinas como prenda de consuelo y fortaleza en el Señor».