La Corte Suprema comienza a funcionar con cuatro jueces

Este jueves, el máximo tribunal de justicia de Argentina inicia una nueva etapa con cuatro jueces, tras casi cuatro meses de operar con tres. Manuel García-Mansilla, el nuevo integrante de la Corte, juró el pasado jueves y se une a Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. La llegada de García-Mansilla marca el comienzo de una nueva composición del tribunal, pero la atención está centrada en otro tema clave: el futuro de Ariel Lijo.

Ariel Lijo, nombrado por el presidente Javier Milei para ocupar un puesto en la Corte Suprema, enfrenta una situación incierta respecto a su solicitud de licencia extraordinaria. Este pedido, aprobado previamente por la Cámara Federal, requiere ahora la convalidación de la Corte. Lijo busca unirse al máximo tribunal sin renunciar a su puesto en el juzgado federal N°4, lo que genera controversias entre los magistrados.

¿Qué sucede si la Corte rechaza la licencia de Lijo?
La situación de Lijo se complica debido a la incertidumbre sobre su futuro. En caso de que la Corte rechace la licencia, se abriría la posibilidad de que Lijo tenga que renunciar a su puesto de juez federal. Sin embargo, Lijo está convencido de que puede llegar a la Corte por otros medios, incluso sin el visto bueno del máximo tribunal. Los próximos días podrían resultar cruciales en este proceso, ya que si la licencia se rechaza, el caso se reactivaría y podría generar más tensiones con el Gobierno.

El jueves pasado, Manuel García-Mansilla juró como nuevo juez de la Corte Suprema. De 54 años, es un destacado abogado constitucionalista con una extensa trayectoria en el ámbito académico y empresarial. Actualmente, es decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral y director ejecutivo de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH). Su perfil académico y su experiencia en el sector energético lo han posicionado como un miembro clave en la nueva configuración del máximo tribunal.

La discusión sobre la licencia de Lijo pone de manifiesto la tensión política que atraviesa a la Corte Suprema en un contexto de reconfiguración. Si bien algunos jueces, como Ricardo Lorenzetti, parecen inclinados a aceptar la licencia de Lijo, otros, como Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, están más cautelosos y piden un análisis más profundo. Las especulaciones sobre un posible empate en la votación de la Corte suman incertidumbre, ya que en ese caso se recurriría a un conjuez para desempatar la decisión.

El papel del Senado en el futuro de Lijo
El futuro de Ariel Lijo también depende del Senado, que podría convocar a una sesión especial para tratar su pliego. Lijo confiaba en contar con los votos necesarios para su designación, pero el escándalo del caso Libra paralizó el proceso. Ahora, la situación está más compleja, y se espera que el Senado se pronuncie en los próximos días, lo que podría añadir un nuevo capítulo en este proceso judicial.