Francisco, ante jueces argentinos: «Un 50% de pobres es un 50% de derechos humanos incumplidos»

El papa abrió con un mensaje una cumbre de magistrados que se realiza en la provincia de Misiones y en su discurso además dijo: «Los procesos de deterioro humano y de deterioro social se nos están viniendo encima con su secuela de dolor y de degradación».

Francisco pidió este jueves a los jueces argentinos «reemplazar los discursos por las prácticas» frente al «drama de la injusticia estructural» y aseguró que «un 50 por ciento de pobres es con toda certeza un 50 por ciento de derechos humanos incumplidos», al abrir con un videomensaje una cumbre de magistrados que se realiza en la provincia de Misiones.

«Los procesos de deterioro humano y de deterioro social se nos están viniendo encima con su secuela de dolor y de degradación», lamentó el Sumo pontífice en su discurso enviado a los participantes de la Primera Cumbre de Magistradas y Magistrados sobre Derechos Sociales y Teoría Franciscana que se desarrolla entre esta jornada y el próximo viernes en la citada provincia.

Allí, el Papa subrayó que sí «un 50 por ciento de pobres, es con total certeza un 50 por ciento de derechos humanos incumplidos».

De esta manera, Francisco inició su mensaje a los magistrados destacando «que la provincia de Misiones los albergue para poder reunirse a pensar la justicia y repasar la misión que tienen como jueces en este presente tan complejo», según planteó el pontífice en su discurso dirigido al evento organizado por el Capítulo Argentino del Comité Panamericano de Jueces y Juezas por los Derechos Sociales y Teoría Franciscana (Copajuar).

El Copajuar, establecido por impulso del juez Andrés Gallardo en 2019 como capítulo argentino del comité panamericano bendecido por el Papa en el Vaticano ese mismo año, realiza hoy y mañana el encuentro de jueces y juezas de todo el país, con la presencia de magistrados como Carlos Balbín, Eugenio Zaffaroni y el presidente del Consejo de la Magistratura, Alberto Lugones.

«Hace tiempo que cuando pienso en la justicia, me preocupa…la palabra es dura pero…la diré igual, una cierta insustancialidad con la que tantas veces se la analiza», definió el Papa al iniciar el videomensaje.

«Me duele ver cómo las formas van tapando a las sustancias, el reinado de las formas y las sustancias se pierden, como esta cultura del adjetivo mata a los sustantivos, los adjetivos reemplazan a los sustantivos y como vamos perdiendo día a día profundidad y solamente nos mantenemos sólo en las superficies», planteó el pontífice en su mensaje.

Además de los magistrados, también intervienen en el evento el canciller de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, Marcelo Sánchez Sorondo, el dirigente social Juan Grabois y el obispo de Iguazú, Nicolás Baisi.

Para el Papa, «no se trata de pintar la realidad o de barnizarla, sino ir a la esencia de la realidad».

«Me sorprende a veces percibir como se generan sin cesar normas de todo tipo para garantizar los derechos humanos; por ejemplo, se crean órganos especializados, se ocupan cargos para velar por esos derechos», manifestó.

Así, continuó: «todo luce muy bien, está bien barnizado… ¿pero qué ocurre en el plano de lo real? ¿Qué ocurre en le plano real con los seres humanos por ejemplo?»«A veces, encontrando metáforas pienso en la naturaleza, da la impresión que estamos viendo a la justicia como a la hoja de un árbol cuyas raíces están enfermas y su tronco casi seco», lamentó en el videomensaje.

«Esa hoja, todavía con un poco de verde y débil lozanía, está condenada a morir si no curamos desde la base a éste árbol que está agonizando», profundizó. Para Francisco, «el abordaje superficial y pequeño de la justicia no tiene entidad frente al drama de la injusticia estructural. Y eso es lo que muchas veces pasa hoy en tantas sociedades del mundo».

«Estamos pensando en el detalle a veces insignificante, cuando los procesos de deterioro humano y de deterioro social se nos están viniendo encima con su secuela de dolor y de degradación. Un cincuenta porciento de pobres, es con total certeza un cincuenta por ciento de derechos humanos incumplidos», sentenció en esa dirección.

En esa línea, el pontífice animó a los jueces a «reemplazar los discursos por las prácticas».

Y resaltó: «La naturaleza hipotecada y la humanidad en peligro nos llaman desesperadamente a actuar y debemos responder a ese llamado. Aquellas personas que tienen el privilegio de estar investidas por el poder judicial, tienen aún mayor responsabilidad en este duro presente».